Si bien desde décadas atrás los Gobierno en México han fincado sus discursos en eliminar o disminuir la pobreza escondiendo en su discurso la utilización de promesas para fines meramente de tinte electoral en la actual administración han exagerado en ello, los resultados al final están resultando peores a los logrados por las pasadas administraciones dejando en claro de Morena esta resultado una fábrica de pobres que sin duda sirve para atrapar al electorado ciado en necesidad.

No es casual que la actual administración tenga centrada sus funciones en los programas sociales, 17,21 Billones de pesos que han sido tirados prácticamente en acciones sociales, dádivas y becas rodeadas de desorden, falta de plantación o medición que permita entender que no sirven para el objetivo que origino su aplicación, del 2008 al 2020 pero pese a ello la pobreza se incremento de un 49% al casi 53% de la población dejando por demás lo inútil de dichos programas electoreros disfrazados de sociales.

El gobierno de López Obrador ha acentuado este problema. Se han favorecido las transferencias monetarias, pero igual se ha descuidado la calidad y la disponibilidad de los servicios básicos. Hay becas educativas, pero no hay fortalecimiento de la calidad de las escuelas y se ha hecho caso omiso a la brecha del aprendizaje que se abrió por la pandemia de COVID-19, en igual los estudiantes de menor ingreso y menor disponibilidad  herramientas de aprendizaje a larga distancia han sufrido fuerte retroceso  las becas no solventan esto. Hoy las estancias infantiles para la población con menos ingresos se dejaron de apoyar y se han sustituyó por apoyo monetario a las madres trabajadoras y ello  el apoyo monetario no sustituye la presencia de una estancia infantil cercana. El apoyo monetario a la población con discapacidad no sustituye las rampas y los accesos físicos para la poblaciónn. no puede haber un acceso efectivo a los derechos sin un apoyo a la calidad y a la disponibilidad de servicios básicos, la desigualdad de oportunidades se amplia cuando la calidad de los servicios públicos es mucho menor para quienes de entrada han tenido menos privilegios, además han generado desempleo y permitido que la violencia se incremente provocando inseguridad, en igual no podemos dejar de citar la voracidad recaudatoria que busca emular a países evitado a toda costa la evasión por mínima que sea pero dejando de lado la contraprestación que el Gobierno debe dar a cambio como lo es el servicio de salud suficiente y digno.

En el último tercio es una utopía pensar que la terquedad y la ambición de continuidad de un Presidente necio y un tanto loco pueda cambiar de rumbo, a López Obrador no le importa reducir la pobreza, su fin evidente es incrementarla, su objetivo final no tiene nada que ver con lo social sino que todo va encaminado a lo electoral, un Gobierno que no escucha ni corrige pero en igual tampoco explica la verdad de sus acciones y por ello para el 2023 otorga mayores recursos a la secretaria del bienestar, aumenta los padrones de beneficiados e intenta a toda costa coerciones que le mantengan en el ánimo y aumenten los votos, así es fácil entender por qué en los programas para adultos mayores un gran porcentaje de beneficiaros lo son personas que no requieren los beneficios, sujetos pensionados, con educación profesional, casa propia, accesos a servicios medios particulares e ingresos por demás suficientes para subsistir.

Si bien los programas sociales compran adeptos la pobreza en México aumenta, un círculo vicioso que causara grandes así como delicados estragos pues a vuelta del tiempo no habrá de donde sacar dinero suficiente que soporte las malas políticas y las pésimas decisiones.