El inicio del proceso de creación de una moneda común entre la Argentina y Brasil, tentativamente denominada “Sur”, será uno de los anuncios más importantes de la reunión que mañana encabezarán el presidente argentino, Alberto Fernández, y su par de Brasil, Luiz Inácio “Lula” da Silva, que arribará esta noche a Buenos Aires y participará el martes 24 en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
“Habrá una decisión de empezar a estudiar los parámetros necesarios para una moneda común, lo que incluye desde cuestiones fiscales hasta el tamaño de las economías y el rol de los bancos centrales”, le dijo Sergio Massa al diario británico Financial Times, que dedicó a la cuestión la tapa de su edición online dominical. “Sería un estudio de los mecanismos de integración”, dijo el ministro de Economía argentino, y agregó: “No quiero crear falsas expectativas … es el primer paso de un largo camino”.
Sur, comercio y después
El eventual “Sur” funcionaría inicialmente en paralelo con la existencia del peso argentino y del real brasileño, con el objeto de estimular el comercio regional y reducir el uso y la dependencia del dólar. Además, Massa señaló al medio británico que, aunque se trata de una iniciativa bilateral, será ofrecido a otras naciones de la región. Al respecto, el FT agrega que una unión monetaria que cubriera toda América Latina representaría cerca del 5% del comercio global y que el “Sur” sería la segunda mayor moneda común, detrás del euro, que abarca 14% del PBI mundial. Otras áreas monetarias, aclara, son la zona del (ex)Franco, usada por algunos países africanos y actualmente ligada al euro y el dólar del este del Caribe. En ambos casos, se trata de zonas de mucho menor peso en la economía global.
Incluso en la etapa de concepción teórica los tiempos del proyecto son muy elásticos; el propio Massa le recordó al FT que a Europa le llevó 35 años llegar al euro.
El medio europeo recuerda también que hubo ideas similares en el pasado, resistidos por el Banco Central de Brasil, pero que ahora el apoyo político sería mayor ya que ambos países están gobernados por presidentes –dice- “de izquierda”. De hecho, se refiere al proyecto de creación del “peso real”, idea en la que en su momento coincidieron el expresidente Mauricio Macri y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, pero que también fue rechazada por la autoridad monetaria brasileña, temerosa del “contagio” de la inestabilidad monetaria argentina.
El propio Massa le recordó al Financial Times que a Europa le llevó 35 años llegar al euro
En Brasil, un vocero del Ministerio de Finanzas le dijo al FT que no tenía ninguna información acerca de un “grupo de trabajo” sobre el tema de la moneda común con la Argentina, pero recordó que el ministro Fernando Haddad había sido coautor de un artículo en el que se propuso una moneda digital común para América Latina.
En 2022 el comercio bilateral entre la Argentina y Brasil aumentó 21%, precisa el FT, sin dejar de señalar que el atractivo de una moneda común “es más obvio para la Argentina, donde la inflación se acerca al 100% mientras el Banco Central imprime dinero para financiar el gasto”. De hecho, recuerda, desde que Alberto Fernández asumió el gobierno, el monto de dinero en circulación se cuadruplicó y el billete de más alta denominación vale menos de 3 dólares si se tiene en cuenta el “ampliamente usado” tipo de cambio paralelo.
Contraste
El entusiasmo argentino por la moneda común contrasta con la reticencia brasileña de atarse a un “vecino perennemente volátil” que –destaca la nota- no tiene acceso al crédito internacional desde el default de 2020 y debe al FMI más de USD 40.000 millones del rescate financiero de 2018.
A diferencia de 2019, cuando Macri y Bolsonaro se entusiasmaron con la idea de crear el “peso real”, proyecto que apoyaba el entonces ministro de Hacienda Argentino Nicolás Dujovne, ahora –al menos del lado argentino- el proyecto podría tener apoyo de la oposición.
Una unión monetaria que cubriera toda América Latina representaría cerca del 5% del comercio global; “Sur” sería así la segunda mayor moneda común, detrás del euro
De hecho, en septiembre de 2022 la Comisión Mercosur del Congreso invitó a Dujovne, quien ratificó que él había apoyado –sin éxito- la idea de una moneda común con Brasil. A esa reunión fue invitado Fabio Giambagi, funcionario del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes), quien recordó los varios y fallidos intentos en ese sentido y enrostró a los congresistas argentinos que Brasil hace 30 años, desde la aplicación del “Plan Real” del entonces ministro y luego presidente Fernando Henrique Cardoso, logró estabilizar su moneda y bajarse de la calesita inflacionaria.
El gobierno argentino apuesta ahora al Bndes para financiar la segunda etapa del “Gasoducto Presidente Néstor Kirchner”, que permitiría exportar el gas de Vaca Muerta a Brasil, un común interés de ambos países, dada la declinación de la producción de gas de Bolivia, que exporta a ambos países. Tal el segundo anuncio que podrían hacer mañana Alberto Fernández y Lula.
Apoyo político
Otro economista de la oposición entusiasta de la idea de integración monetaria con Brasil, Martín Tetaz, quien propuso en su momento “sepultar” la inflación argentina mediante la convertibilidad del peso con el real. Tetaz, sin embargo, reconoció que la Argentina no tiene reservas suficientes para una convertibilidad de ese tipo y sugirió por lo tanto hacer con Brasil un canje de monedas similar al que Argentina tiene con China, que alcance para cubrir la base monetaria y los pasivos remunerados del BCRA, unos USD 60.000 millones. Según Tetaz le explicó a Infobae en octubre, en vísperas de la primera vuelta de la elección brasileña, la línea se pagaría solo si se usa, pero su sola existencia desalentaría cualquier corrida, porque del otro lado estaría el Banco Central brasileño para respaldar la moneda argentina.
El gobierno argentino apuesta ahora al Bndes para financiar la segunda etapa del Gasoducto Néstor Kirchner, que permitiría exportar gas de Vaca Muerta a Brasil, un común interés de ambos países, dada la declinación de la producción de gas de Bolivia
“La ventaja de Convertibilidad con el Real es que hay consenso transversal. La planteó Alfonsín con Sarney en los 80s y Macri con Bolsonaro en 2019. Mucha gente del peronismo la apoyaría y en la campaña Lula propuso ir más allá y planteó incluso una moneda común del Mercosur. Así que hay consenso político, gane quien gane en Brasil”, concluyó.
En vísperas del encuentro que mañana tendrán Fernández y Lula, Tetaz aclaró a Infobae el cronograma de la oposición que es “presentar primero, en marzo (inicio del período de sesiones ordinarias) un proyecto de reforma del Banco Central y recién después plantear la convertibilidad con Brasil, para desembocar en la moneda común”.
Información de: Infobae