La orografía, las condiciones climáticas de los últimos días y el comportamiento errático del fuego han hecho que el incendio desatado el pasado martes en la isla de Tenerife sea sumamente difícil de combatir. De hecho, sigue fuera de control y, con 3.797 hectáreas arrasadas por las llamas –el 1,6% de la superficie de la isla–, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, no ha dudado en calificarlo como “el incendio más complejo de los últimos 40 años”. Sin embargo, tras la noche del jueves, las llamas han comenzado a tener un comportamiento más normalizado.
El incendio forestal ya afecta a ocho municipios: Arafo, localidad en la que se inició el fuego y que ha visto afectadas 1.435 hectáreas de terreno; Candelaria, donde se han quemado 1.154 hectáreas; El Rosario, 505 hectáreas; La Victoria, 183; Santa Úrsula, 162; La Orotava, 299, El Sauzal, 39; y en Tacoronte, 12. Clavijo ha detallado que el calor y el fuerte viento han perjudicado las tareas de extinción, a lo que se suma lo montañoso de la zona, que perjudica aún más la efectividad de los esfuerzos.
“En algunos momentos, incluso la visibilidad de los medios aéreos de se ha visto afectada, no pudiendo intervenir en algunas zonas para no entrar en conflicto con los hidroaviones, que han estado descargando de manera continuada a lo largo de todo el día”, dijo el presidente de la comunidad insular. Más de doscientos militares de la Unidad Militar de Emergencia (UME) siguen luchando contra las llamas.
Según han explicado las autoridades de la isla, el fuego, que ya ha alcanzado un perímetro de 41,9 kilómetros, se vuelve por momentos impredecible, lo que obliga a modificar constantemente las estrategias de combate, que son principalmente de carácter defensivo: proteger a las personas, después los medios materiales y, por último, tratar que se queme la menor superficie forestal y agrícola posible. En este sentido, Clavijo ha apuntado que “las líneas defensivas que se han establecido en los principales núcleos de población están empezando a tener un poco de efecto”.
260 efectivos desplegados y 7.000 personas afectadas
A lo largo de este jueves, más de 260 efectivos han llevado a cabo trabajos de extinción, que han sido apoyados por 226 descargas de agua de medios aéreos. El incendio ha generado una columna de humo superior a los seis kilómetros y está creando su propia meteorología, según los expertos.
Esta noche han permanecido en el terreno 226 efectivos y para hoy se contará con 17 aeronaves para continuar con las tareas de combate. El jefe de los trabajos de extinción, Pedro Martínez, ha explicado que solo entre un 15% y 20% del perímetro del fuego está estabilizado, mientras que en el resto el incendio sigue avanzando pero a un ritmo lento.
En total, han tenido que ser evacuadas unas 3.069 personas y otras 3.820 han tenido que ser confinadas en sus viviendas. Al respecto, la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, ha asegurado que “todas las zonas evacuadas están siendo vigiladas para la tranquilidad de las personas desalojadas”.
Dávila ha precisado que alrededor de 100 personas están utilizando los albergues habilitados para los evacuados porque la mayor parte de los afectados se reubican con familiares. También ha señalado el “impacto grande” que ha supuesto la evacuación de animales de zonas agrarias, de manera que ha habido que movilizar un elevado número de caballos, gallinas y ganado caprino, ovino y porcino hacia fincas del Cabildo.
Por su parte, la consejera de Bienestar Social del Gobierno de Canarias, Candelaria Delgado, ha informado de que debido al humo se ha decidido, en coordinación con el Cabildo de Tenerife y ayuntamientos afectados por el incendio, la redistribución de personas mayores y dependientes con problemas respiratorios graves a plazas sociosanitarias de Tacoronte y Santa Cruz de Tenerife.