La vida secreta de los escritores

“Hoy en día todo el mundo quiere ser escritor, pero ya nadie lee”. Guillaume Musso

Aunque muchas de sus otras novelas han sido traducidas y publicadas en México desde hace algunos años, mi primer acercamiento a la obra de Guillaume Musso fue a través de su más reciente publicación: «La vida secreta de los escritores», editorial Alianza de Novelas, en una primera edición para México de junio 2020. Y lo cierto es que el libro me ha dejado una buena impresión, por lo que seguramente habré de buscar algunas otras de sus propuestas literarias.

Musso es un novelista, profesor y economista francés que en los últimos años se ha convertido en uno de los escritores más vendidos y leídos de Europa. Sus obras, publicadas desde 2001, (alcanzando su primer gran éxito en 2004, luego de que un grave accidente de tráfico le sirviera como inspiración para el volumen titulado «Y después»), han sido traducidas a 42 idiomas. Los géneros abordados a lo largo de casi 20 años de carrera van desde el suspense, la novela negra y el thriller, como precisamente, sucede con esta última entrega.

La historia de la recomendación de hoy gira en torno a un escritor de mucho éxito, de nombre Nathan Fawles, que decide retirarse para siempre del mundo de la escritura después de publicar apenas tres novelas que en poco tiempo se convierten en obras de culto. Recluido en una isla mediterránea francesa, recibe la visita de Raphael, un joven escritor que intenta aprender algunos consejos y pedir la opinión de su escritor de cabecera, sin imaginar que terminará envuelto en una red de misterios y secretos que tanto el protagonista como el lector habrán de resolver.

Una novela para leerse de un tirón, con trama atrapante y apenas 250 páginas, que va regalando en el arranque de cada capítulo apreciaciones de maestros literarios respecto al endemoniadamente difícil arte de escribir bien.

Porque como dice el propio protagonista Nathan Fawles: “No es un trabajo para los que tienen la mente sana, es un trabajo para esquizofrénicos (…) Cuando escribes, ya no vives con tu mujer, tus hijos ni tus amigos. Más bien, finges que vives con ellos. Pero, en realidad, te pasas la existencia con tus personajes durante un año, dos o cinco…”

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.