Algo que vale la pena leer ALBERTO BOARDMAN

23 diciembre 2022
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Más que un cuento de navidad

No fue a la escuela hasta que cumplió los nueve años, sin embargo, mucho antes de recibir instrucción formal ya había aprendido a leer. Era autodidacta. Su pasión favorita eran los libros y los leía por montones. Vivía en uno de los suburbios más pobres de la ciudad y soñaba con llegar a ser escritor. Cuando cumplió 12 años, su padre fue encarcelado. Tuvo entonces que empeñar su amada colección de libros, dejar la escuela y comenzar a trabajar en una fábrica de betunes para calzado.

Sus sueños de convertirse en gran escritor se esfumaban y el alma de aquel muchacho estaba triste. No tenía tiempo para leer y las condiciones de pobreza por las que pasaba eran deprimentes. Atesoró en su memoria fotográfica esas experiencias y las reservó en un cajón especial de sus recuerdos. Se resistía a pensar que el mundo tenía que ser así, pero en 1820 la pobreza imperante en Inglaterra ponía de manifiesto que la única abundancia eran los pobres y mendigos.

Con el tiempo finalmente logró cierto reconocimiento como escritor. Pero nunca olvidó su infancia, y entonces escribió un panfleto inspirado por los efectos de la revolución industrial en los infantes, pero aquello no parecía tener la fuerza suficiente para cambiar las cosas. Consideró una nueva estructura, quizá la de una novela corta, o más bien, un villancico para narrar a manera de estrofas una denuncia en contra de la pobreza económica y del alma por la que atravesaba la raza humana. Un día visitó un cementerio y en una lápida leyó: “Ebenezer Scrooge, hombre egoísta”, aquel epitafio lo sorprendió e inspiró. Y así, el 19 de diciembre de 1843 terminó el libro que alcanzaría hasta la fecha un éxito rotundo en el mundo entero. 

Más que una simple obra literaria y de romanticismo nostálgico por las celebraciones decembrinas, su sentido directo es una denuncia a las condiciones de desigualdad y pobreza que desde la época y hasta la actualidad siguen vigentes. Aquel niño que soñó durante la infancia con ser escritor y con su trabajo aportar algo para cambiar al mundo se llamó Charles Dickens, y la obra de la que hablamos: «Un cuento de Navidad».

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector. [email protected]

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