Es evidente que para México se aproxima una fuerte crisis financiera, como resultado se comienza a presentar una inflación de precios y la pérdida de poder adquisitivo, los bancos e instituciones de crédito iniciaron ya a incrementar el costo de los intereses, los financiamientos son más caros, así como restringidos, el consumo interno desciende, la inversión disminuye, se generan menos empleos y por resultado una crisis económica se empieza a sentir en los bolsillos de la ciudadanía.
Una Crisis a la que se puede llamar desde hoy el efecto AMLO, con el poder que los ciudadanos le otorgaron a través del voto crearon una figura omnipotente, sin pensarlo desaparecieron cualquier contrapeso que pudiera limitar su actuar o las decisiones a implementar y ello genera un nerviosismo económico fundado que tardara en desaparecer en al menos sus dos primeros años de gobierno y ello siempre que su actuar deje claro que no se piensa abusar de ese poder que le confirieron.
Por lo pronto ya la gente empieza a ahorrar en dólares, quienes tienen capacidad de invertir ponen la vista en el extranjero, los bancos han dado comienzo a la recuperación de carteras y los productores comienzan a subir los precios de sus mercancías.