
El presidente de Chile, Gabriel Boric, ordenó este jueves al ministro del Interior, Álvaro Elizalde, que viaje a Buenos Aires tras los serios incidentes ocurridos en el partido de fútbol entre Independiente y la U de Chile por la Copa Sudamericana.
“Dada la gravedad de lo sucedido ayer en Argentina con el inaceptable linchamiento de chilenos en el estadio de Independiente, he instruido al Ministro del Interior, Álvaro Elizalde, que viaje a Buenos Aires para, junto con el Embajador, acompañar personalmente a los heridos y revisar la situación de los detenidos”, expresó el mandatario en su cuenta en X.
Y completó: “La violencia no tiene ninguna justificación, de ningún lado, y vamos a proteger los derechos de nuestros ciudadanos sin perjuicio de las responsabilidades que pueda establecer la justicia”.
El partido de vuelta de los octavos de final del certamen continental en Avellaneda, Buenos Aires, se vio empañado por los incidentes provocados por la parcialidad visitante, que luego derivaron en una cacería de la barra disidente del Rojo a los trasandinos que quedaban en el sector.
Ubicados en un sector de la Tribuna Sur Alta, según consignó la transmisión de DSports, los chilenos violentaron un cuarto de limpieza, rompieron los baños, arrancaron butacas y transformaron todo el material en proyectiles, a los que agregaron palos de escoba y botellas. Así, fueron agrediendo en continuado a los hinchas del Rojo de las bandejas inferiores a lo largo del primer tiempo. También incendiaron asientos y tiraron bombas de estruendo.
El inicio del segundo tiempo se retrasó debido a que, luego de varios avisos por los altoparlantes, la policía ingresó en la grada con la orden de desalojarla. “Debido a los actos vandálicos, la parcialidad visitante deberá abandonar la tribuna”, fue el aviso que se escuchó en el estadio Libertadores de América-Ricardo Bochini.
Una vez que se aplacaron los actos violentos, el partido se reanudó. Si bien arrancó el complemento, a los dos minutos el juez ordenó parar el cotejo debido a que hinchas ingresaron al campo de juego, algunos de ellos heridos por la agresión de los atacantes de la U. Luego el árbitro llamó a los capitanes y los reunió con el jefe de seguridad.
Ante la ausencia de garantías y en medio de cónclaves varios, la seguridad y las autoridades del encuentro, encabezadas por el árbitro Gustavo Tejera, decidieron aguardar 20 minutos a la espera de que la efervescencia baje para continuar. Los referentes visitantes les pidieron a la distancia a los hinchas que terminaran con la violencia mediante gestos, pero la situación no mejoró.
Minutos después, mientras en las afueras se escuchaban detonaciones y se producían corridas, la facción disidente de la barra de Independiente se metió en la tribuna visitante para buscar a los pocos hinchas de la U que permanecían en el lugar y los problemas se agravaron.
Se trató de una verdadera cacería, en la que los visitantes se vieron rodeados, fueron golpeados y desnudados. Muchos aparecieron cubiertos de sangre y otros quedaron tendidos sobre los asientos. Incluso, a uno se lo vio caer desde la tribuna. Cuando se suspendió el cotejo, para alejarse de los incidentes, muchos hinchas locales se metieron al campo para esperar por la desconcentración.
Según Aprevide (Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte), el operativo implicó la participación de 650 efectivos policiales más de 150 agentes de seguridad privada. Sin embargo, ninguno de ellos se podía divisar en el sector de los chilenos.
A fines de julio, la Universidad de Chile había recibido un apercibimiento por parte de la Conmebol por la instalación indebida de banderas en los certámenes internacionales y porque sus fanáticos escalaron o se ubicaron en estructuras prohibidas. El apercibimiento no fue suficiente. Y el partido por Copa Sudamericana terminó siendo cancelado.
“Terrible, es increíble esto. No se puede creer. Siempre nos pasa algo. Es también un tema de organización: no pueden poner a la hinchada de la U arriba de la barra de Independiente. Aquí hay problemas de todos. Esto se convirtió en un circo”, dijo Daniel Schapira, directivo de la U.
“Nos van a prohibir ser visitantes. Es muy difícil el control. Vamos a ser sancionados, no hay ninguna duda. Van a ser sanciones duras. Siempre estamos viviendo lo mismo, es desesperante. Es un tema social, cultural; esto es mucho más que fútbol. Nos dieron 3.500 entradas y mira lo que pasa”, añadió.
Una hora y media después de la cancelación, más de 300 hinchas chilenos fueron detenidos en Puerto Madero. “Lo sucedido en Avellaneda entre las hinchadas de Independiente y Universidad de Chile está mal en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la evidente irresponsabilidad en la organización. La Justicia deberá determinar los responsables. Ahora nuestra prioridad como Gobierno es conocer el estado de nuestros compatriotas que han sido agredidos, asegurar su atención médica inmediata y que a quienes están detenidos se les respeten sus garantías. Para ello estamos trabajando con Embajada, Consulado, Cancillería y Ministerio del Interior”, subrayó más temprano el mencionado jefe de Estado chileno, Gabriel Boric, en su cuenta de X. “Y no, nada justifica un linchamiento. Nada”, completó.
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Información de: Infobae