La Isla de Yap: Escrito por Enrique Martínez y Morales.

17 agosto 2015
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martinez twitterYap es una de las Islas Carolinas, localizada en el extremo más occidental de la Micronesia. Con una población apenas superior a los 6 mil habitantes, no sería diferente al resto de los estados ubicados en el Pacífico sino fuera por una curiosidad: su sistema monetario.

Sus pobladores utilizan como monedas discos de caliza con una perforación en el centro, denominadas Rai. Hasta ahí nada extraordinario. Lo peculiar del asunto es el tamaño de las piezas: llegan a medir hasta cuatro metros de diámetro y pesar varias toneladas, pues del tamaño de la roca es el valor de la “moneda”.

Éstas son “acuñadas” en la Isla de Palau, localizada como a 400 kilómetros de distancia, y transportadas en inestables canoas tradicionales. Su traslado se torna así en una empresa peligrosa y temeraria, incrementando el valor de las piezas, sobre todo cuando mueren nativos en el intento.

Ante la imposibilidad de acarrearlas consigo, las instalan en plazas o parques, recargadas en árboles generalmente, y mediante actos públicos las intercambian por terrenos, animales, víveres o esposas. No se requiere la presencia de fedatarios, sólo testigos. El sistema monetario de Yap es de honor y confianza: todos saben de quiénes son las monedas de caliza y eso se respeta.

Un buen día, durante una intensa tormenta, el bote que transportaba una enorme piedra se hundió. El dueño salvó su vida sólo para generar una innovación al sistema: si las monedas grandes de todas formas no se pueden cambiar de lugar, ¿qué diferencia hay si está recargada en un árbol o en el fondo del mar? De esta forma se comenzó a comerciar a la palabra, con piedras que nunca se materializaron en la Isla.

¡Qué tontería! Podría pensar alguno. ¿Darle valor a un dicho? No es tan descabellado. Veamos. Nuestro sistema monetario tiene un origen similar, con base en el patrón oro. Los billetes comenzaron siendo vales a cambiarse por el preciado metal, ante la inconveniencia de cargar lingotes en las bolsas. De hecho, nuestros billetes todavía hace algunos años tenían inscrita la cita “Banco de México pagará X pesos a la vista al portador”, en clara alusión a la fuente de su valor.

Pero desde hace décadas todos los países abandonaron la dependencia monetaria del oro. Entonces, ¿qué respalda nuestra moneda? La respuesta es muy simple y muy compleja a la vez: la confianza.

Realmente el sistema de Yap no es diferente al nuestro; quizá con la variante que como somos muchos utilizamos papeles en lugar de intercambios públicos. Pero si la confianza se esfuma, también lo hará el valor de nuestro peso. Y eso sí depende de nosotros.

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