Cuando tuvieron ocasión de discutir sobre temas económicos los primeros Diputados panistas acudieron a Manuel Gómez Morín, el fundador y primer Presidente del Banco de México les dio su máxima “la economía de una nación es igual a la de una familia, no se puede gastar más de lo que se ingresa y se debe ahorrar para tiempos difíciles”.

En 2008 el mundo padeció una crisis de la que aun hoy en día vemos sus consecuencias, fueron muchas los países que vieron severamente comprometida su vida por las malas políticas de sus gobernantes, la voracidad de los bancos y la falta de sentido común de sus habitantes.

Los europeos estuvieron entre los más afectados; Irlanda, Portugal, España y Grecia gastaron más de lo que podían, abusaron del crédito, e incluso alguno perdió ese dinero en sus sistemas de corrupción. La Unión Europea fue inmediatamente al rescate de esas naciones, ofreció la liquidez que necesitaban pero a cambio exigió intervenir en la vida pública con recortes presupuestarios de programas asistenciales, la eliminación de puestos burocráticos, reformas para abaratar el empleo y sistemas de pensiones más económicos; obviamente los países sufrieron y más de una vez sus habitantes protestaron por la rudeza de los cambios impuestos, sin embargo salieron adelante y hoy sus economías vuelven a crecer. Por el contrario Grecia no hizo caso y es fecha que sigue padeciendo de una aguda crisis que sigue sangrando a su sociedad y que incluso tiene al mundo al borde de otra recesión, con cinismo piden más ayuda internacional pero no están dispuestos a acatar los cambios que la UE les exigen a pesar de haber recibido asistencia económica de esta durante casi 7 años.

El mundo y en particular la Unión Europea deberían permitir que Grecia quebrara, que aprendan de sus errores, que sean un ejemplo mundial y que dejen de ser un insulto para quien vive con orden. Ayudar al prójimo es una obligación humana, pero es imposible, injusto y desgastante procurar a los irresponsables.

Escrito por: Víctor Manuel González Espinoza

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