En julio de 2014, el Presidente Enrique Peña visitó Monclova y habló de las condiciones de competitividad que permitirían a las empresas mexicanas “competir con los mejores productores del mundo sin temor a la apertura comercial”. Alonso Ancira, presidente de Altos Hornos de México (AHMSA), aplaudió a raudales las palabras del Presidente.
Justo un año después, la industria acerera nacional, encabezada por AHMSA, TUBACERO, DEACERO y ARCELORMITTAL, en una carta fechada el 2 de julio, dirigida al Presidente Peña Nieto, demandan la aplicación inmediata de aranceles para todos los productos de la cadena, dirigidos “sólo a países con los cuales no tenemos tratados comerciales”, léase China.
¿Qué sucedió? ¿Porqué de pronto la industria acerera nacional teme a la apertura comercial? ¿Acaso las condiciones de competitividad a las que hacía referencia el Presidente Peña en aquel evento en Monclova, nunca llegaron?
En aquella ocasión, AHMSA invitó al Presidente para la inauguración del “Proyecto Fénix”, consistente en una importante inversión para ampliar la capacidad de producción. AHMSA estaba lista para retomar el vuelo, aceleraba los motores para despegar, sin embargo, sus instrumentos de vuelo no le previeron que en el horizonte se comenzaba a formar una tormenta, que provocaría una fuerte turbulencia.
Los ‘meteorólogos’ de la economía, identificaron a dicha tormenta con el nombre de ‘China’, y la turbulencia que está provocando fuertes sacudidas en el en el avión de AHMSA, le llaman ‘caída en los precios del acero’.
China es un ‘monstruo’ en la producción de acero. Nada menos que el 50% de la producción mundial de este insumo proviene de sus plantas siderúrgicas. Cinco de las 10 plantas mejor rankeadas a nivel mundial, son chinas. En el ranking mundial, AHMSA ocupa el lugar número 80, produce en un año lo que, en menos de un mes, produce la más grande acerera China, Hebei Iron & Steel Group.
Aunado a su enorme producción, la industria siderúrgica del gigante asiático cuenta con el apoyo de su gobierno, manifestado en el Plan Quinquenal 2011-2015, establecido, esencialmente, para crecer hacia afuera. Latinoamérica les resultó bastante atractiva. Del 2012 a la fecha, las exportaciones de acero chino se han incrementado considerablemente, trayendo como consecuencia una importante caída en los precios, 832 dólares por tonelada en 2012, hasta 679 dólares en 2014. Los precios podrían seguir bajando, y las acereras chinas ni siquiera se despeinarían. ¿Acaso AHMSA no vio venir esta turbulencia en el mercado internacional del acero?
Como lo mencionamos en otra colaboración, los bajos precios del acero ‘calientan’ cada vez más la situación de AHMSA en Monclova. Son ampliamente conocidas las protestas en forma de marchas en aquella ciudad coahuilense. También los despidos y la reconsideración de inversiones programadas con anterioridad. La advertencia de incrementar los despidos hecha por el presidente de AHMSA, ante la respuesta del Gobierno Mexicano de no fijar aranceles, es más que latente.
El “Proyecto Fénix”, como lo aseguró Alonso Ancira, “levantó a AHMSA de las cenizas”. Lo que no previó el empresario, fue la turbulencia con la que se encontraría en vuelo.
Pero esta crisis no se trata de Alonso Ancira. Se trata de los trabajadores y de la propia planta productiva nacional. En aquel evento de Monclova, tanto el gobernador Rubén Moreira, como el Presidente Enrique Peña, reconocieron la importancia económica y social que tiene AHMSA en la Región Centro del estado de Coahuila.
Los chinos pudieran estar descaradamente aplicando prácticas desleales al comercio, lo cual corroborará o no la Secretaría de Economía. Las armadoras automotrices podrían estar que no caben de alegría por los bajos precios del acero. AHMSA pudiera ser una empresa con baja productividad, no lo sé. Pero de que sí estamos seguros es que algo audaz e inteligente se tendrá que hacer para proteger al empleo de los coahuilenses.
Más cuando, retomando una frase que hace poco pronunció la aspirante a la presidencia de los EE.UU, Hillary Clinton, a propósito de un supuesto espionaje a sus actos de campaña, “Los chinos saben que están en competencia, y ellos van a hacer todo lo posible para ganar”. Para el caso del acero, las cuotas compensatorias no los detendrán.
Escrito por: Rubén Olvera Marines
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