Gustavo Madero y Rafael Moreno Valle valiéndose de sus posiciones han armado una monstruosa maquinaria con la que han conseguido el control absoluto de Acción Nacional, es tan pesada y cuenta con tanta inercia que todos los liderazgos internos que no se someten a sus intereses terminan aplastados. Sin embargo la alianza tiene fecha de caducidad pues los coaligados buscan el mismo objetivo, la candidatura presidencial.
Ha empezado el proceso para renovar la dirigencia de Acción Nacional y esta será la última vez que Madero y Moreno Valle jueguen juntos, para ellos es particularmente importante pues quien sea Presidente será el árbitro de la batalla que se les avecina a los todavía aliados, por eso decidieron utilizar su maquinaria para asegurarle a Ricardo Anaya la jefatura del partido. Al declinar Margarita Zavala a sus intenciones de presidir el PAN dejo el camino libre a los planes de Madero y Moreno Valle, todo parecía perfecto, sin embargo Javier Corral levantó la mano.
Panista desde los 15 años, el hoy Senador tiene la experiencia de ingresar a la política siendo oposición cuando los triunfos al PAN no se le reconocían, formó parte activa de la generación que lucho para darle elecciones libres a México, vivió la alternancia y la transformación del partido al ser gobierno, no existe duda en su capacidad de debate, la claridad para decir las cosas lo han hecho ganarse el respeto de muchos y el odio de otros. El chihuahuense está sobre calificado para el encargo de Presidente de Acción Nacional, sin embargo no tiene posibilidades reales de victoria pues él le apuesta a los panistas rebeldes y últimamente las líneas son las que engrosan el padrón. Aunque suene imposible que Corral sea Presidente hay que recordar que en diferentes ocasiones ha descarrilado maquinarias mejor aceitadas y con mayor financiamiento como la de la “Ley Televisa” en 2006, Madero y Moreno Valle deberían estar muy preocupados.
Escrito por: Víctor Manuel González Espinoza
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