Entre las ventajas que traerá la reforma política del Distrito Federal, la Ciudad de México contará con autonomía para administrarse política y administrativamente, así como dejar de depender del Congreso de la Unión para las reformas no previstas expresamente en la Constitución, señaló el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera.
Con estas atribuciones, explicó Mancera, el jefe de gobierno podrá designar a sus cuerpos de seguridad de manera libre, «sin depender, como es hasta ahora, del Ejecutivo federal».
Además, «la gente va a estar segura de que habrá una disposición de un fondo que hemos llamado fondo de capitalidad», es decir, un apartado de un fondo que reconocerá la capitalidad de la ciudad. «La Ciudad de México forma parte en un señalamiento expreso en todos los señalamientos constitucionales».
El jefe del ejecutivo local recordó que la capital del país durante 15 años estuvo excluida de la repartición de fondos «en donde hoy cuando menos 700 millones (de pesos) han llegado a las delegaciones, han llegado a las demarcaciones políticas para poder atender su infraestructura social».
En entrevista telefónica con Óscar Mario Beteta, Miguel Ángel Mancera explicó que los dirigentes de la ciudad no tendrán el título de gobernador, pues la Ciudad de México no será el estado 32, sino de «un integrante de la federación reconocido expresamente con autonomía para determinarse administrativa y políticamente de manera expresa en la Constitución» que es la sede de los Poderes de la Unión.
Agregó que es imposible pensar en que se paralice la ciudad, pues al ser sede de los Poderes de la Unión, se afecta a la federación.
Al tocar el tema de la Asamblea Constituyente, encargada de la redacción de la Constitución, Mancera Espinosa explicó que se acordó que 60 de los 100 diputados serán elegidos en las urnas y 40 designados, el mandatario capitalino señaló que al tratarse de una Constitución de avanzada, se tenía que contar con la representación tanto de la sociedad, academias y expertos; como de la representación de los partidos políticos, poderes federales y locales.
Continuando con el ámbito administrativo y cambios políticos, Mancera señaló que el Congreso local tendrá atribuciones antes exclusivas del Congreso de la Unión; además, las alcaldías, hoy delegaciones, serán gobernadas por alcaldes y consejos. «Habrá que cuidar que no sean una carga financiera y que no vayan a generar solo un efecto presupuestal, sino que tenga un beneficio directo para la población con una participación democrática mucho más amplia».
A decir del mandatario capitalino, «hay que estar satisfechos» por la participación de todos los grupos políticos.
Mancera hizo un llamado para que tanto en la elección como en la designación «no se designen a amigos o a afines, sino a expertos en dotar a la Ciudad de México de uno de los mejores instrumentos jurídico-políticos».
A pesar de las ventajas que tendrá la Ciudad de México en torno al régimen interior, en lo referente a la deuda, Mancera señaló que se conservará la garantía de la federación, se evitaría «la tentación de endeudar de manera no apropiada para la capital a la Ciudad de México».
Cuestionado sobre el tema presupuestal por el aumento le legisladores y los consejeros, buscando un equilibrio de poder, el jefe de gobierno explicó que los 100 legisladores que participarán en congreso constituyente «serán con cargos honoríficos»; mientras que en el tema de los consejeros aseguró que se puede cuidar y señalar en la constitución para evitar una carga presupuestal.
Miguel Ángel Mancera señaló que, además de que las alcaldías tendrán, cuando menos, las mismas facultades que hoy tienen las delegaciones, ahora con la supervisión ciudadana, a través de los concejales; el jefe de gobierno tendrá la responsabilidad de dar garantía del funcionamiento de la ciudad, de las sedes diplomáticas y de los Poderes de la Unión.
Por último, el mandatario capitalino señaló que se trabaja en la elaboración de un documento para explicar de forma detallada y fácil de entender los beneficios de la reforma política del DF
