“No siempre se consigue lo que se quiere, pero si se intenta, se consigue lo que se necesita”, sentenció sabiamente Mick Jagger. En palabras coloquiales, y en una aparente perogrullada, desveló la esencia misma de la ciencia económica: enfrentar necesidades infinitas con recursos limitados.

El vocalista de The Rolling Stones no hablaba al tanteo. Estudió Economía en la prestigiada London School of Economics, donde cambió el Mike por el “Mick” y la economía por la música. No terminó sus estudios, pero le han servido para el éxito de su empresa.

Afortunadamente para él, y para todos quienes disfrutamos sus clásicos, desoyó la amenaza de uno de sus profesores: “Verá que no ganará mucho dinero con una banda de rock”.

Un jefe de familia tiene ingresos limitados con los que debe enfrentar las exigencias cotidianas del cónyuge y la prole. Pero si pierde el empleo o le reducen el sueldo, enfrentará una serie de opciones difíciles. Ceñirse el cinturón es la obligada.

Igual le ocurre al Gobierno. La eterna paradoja entre recorte o endeudamiento: ante un ajuste financiero, o se reduce el gasto o se suben los impuestos o se pide prestado. No hay más. La plena autonomía del Banco Central vuelve inviable la otrora socorrida estrategia de “señoreaje”, con su dañino efecto inflacionario.

Cuando el precio de un bien cae a menos de la mitad, lo natural es que las inversiones en ese mercado se reduzcan. Justo eso están haciendo las principales petroleras en el mundo, incluida Pemex, hacia donde se dirigió la mitad de la disección presupuestal.

Los mercados financieros recibieron con beneplácito la decisión gubernamental de reducir el gasto. Nuestra economía ha sufrido ya algunas crisis por querer emular la estrategia Keynesiana aplicada en la Gran Depresión. Además, ahora las circunstancias de México y del entorno internacional son muy diferentes a las de hace un siglo.

Llevar al tope las tarjetas de crédito, solicitar otro préstamo en el trabajo y empeñar la televisión de la sala, no son la mejor forma para salir de un problema doméstico originado por menores ingresos y una crisis matrimonial.

Los ejercicios de constricción son siempre positivos. La disciplina fiscal obligará a un mayor orden administrativo y a procesos gubernamentales más eficientes.

No siempre se puede tener todo. Hay que movernos, a veces, como Mick Jagger.