1. En cualquier momento del día viene bien un vino
Un domingo en la tarde, un sábado al almuerzo un jueves en la noche…en tu casa cualquier ocasión está bien para beber vino con tus compañeras de casa.
2. Cuando hacen una fiesta el departamento se llena de chicos
Lo mejor de una fiesta en un departamento de chicas es juntar amigos y pretendientes.
3. Cuando estés enojada con tu novio, no hay mejor lugar al que puedas ir que tu casa
Incluso si no hay razón para que estés enojada, todas sabemos ese momento en el que las hormonas hacen su aparición, y sabrás que tu amiga estará lista y tendrá las palabras justas para ti: “¡Qué imbécil!” “Wow, tienes toda la razón.” “¿Cómo no pudo entender eso?” “Abramos un un vino.”
3. Probablemente tienen el mismo ciclo menstrual, y no está bien
Alguien debiese crear un refugio de evacuación para cuando esto pase.
4. Las vacaciones nunca han sido más divertidas
Con más de una persona sociable bajo el mismo techo, puedes apostar que encontraremos cualquier razón para hacer una fiesta. Y sea planeada o de último minuto, será fabulosa.
5. Andar en ropa interior es 100% aceptable
Porque sentarte en el suelo con un bowl de cereal en ropa interior es, a veces, todo lo que necesitamos en la vida.
6. Sus guardarropas eventualmente se mezclan y se convierten en uno solo
No es como si te robara la ropa si sabes dónde estarán, y todas nos sentimos más lindas cuando compartimos sweaters.
7. Los jabones de mano y las velas son muy importantes
Lo mejor de un departamento de chicas es que siempre va a oler bien
8. Será uno de los mejores momentos de tu vida
Encontrar un buen compañero de cuarto no es algo fácil, pero cuando lo logres, sabrás que no hay nada que se le compare.
Te reirás más, llorarás más y probablemente beberás más que en cualquier otro momento de tu vida. Analizarás muchas situaciones, harás de la vida algo más divertido y bailarás bajando las escaleras.
Tendrás alguien que te comprenderá sin ningún tipo de límites confusos, porque se convertirán en el tipo de hermanas que siempre se entienden. Es como una segunda niñez, sólo que mejor, porque ahora hay vino.