Liu Bolin: el artista invisible visitará México

15 enero 2015
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El artista y fotógrafo de origen chino Liu Bolin visitará la Ciudad de México para presentar dos performances y dejar un legado de su obra ante varios invitados, el 20 y 28 de enero de 2015 en el lobby del Hotel Presidente InterContinental Polanco.

Cada perspectiva es diferente. El arte suele transmitirnos sensaciones inimaginables. Los colores, las formas e incluso los trazos hacen de cada obra única e irrepetible.

Una impresión parecida es la que provoca al espectador el arte de Liu Bolin, que trae a México su proyecto Camuflaje, muestra que comprende piezas escultóricas y una serie fotográfica, y se expondrá del 20 de enero al 20 de marzo de 2015.

Otra de las actividades que realizará este artista que radica en Beijín, son dos sesiones de performances en el Hotel Presidente InterContinental Polanco, el 20 y 28 de enero de este año. Asimismo, hará varias fotografías en uno de los lugares emblemáticos de la cultura mexicana y realizará otra sesión fotográfica en La casa Luis Barragán.

Liu Bolin es una artista sumergido en su obra. Su creatividad explora el performance, la fotografía y parte de aquello que al sistema le molesta. En cada una, Liu se cubre con pintura y bajo un peculiar telón de fondo compone una fotografía.

Este talento se formó en el Instituto de Artes de Shandong, para después estudiar una maestría en Escultura de la Academia Central de Bellas Artes de Pekín, tras lo cual comenzó a crear sus obras.

Ha expuesto en numerosas galerías y salas de museos de países como China, Alemania, Francia, Suiza, España, Ucrania y Estados Unidos, para también extender su arte por Latinoamérica, llegando a Caracas y próximamente a México.

En su proceso creativo, Bolin elige sitios icónicos que implican algún significado, o bien que sugieren cambios sociales, como es el caso en varias de sus obras, en cuyo fondo se aprecian símbolos de la Revolución Cultural de China y que plasma la situación en ese país desde la caída del régimen de Mao Zedong.

A través de la ayuda de asistentes, se toma hasta 10 horas pintar su cuerpo para que coincida con una parte del sitio o fondo elegido. Antes de fotografiarse a sí mismo dentro de la escena, tiene que haberse obtenido un camuflaje perfecto con las pinturas.

Para mayor información:

liubolinart.com

Fuente: forbes

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