El presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, llega a votar literalmente como Pedro por su casa, sin importarle que en la fila se encontraban personas que desde las siete de la mañana habían llegado a la casilla para emitir su voto, entre ellas, ciudadanos con capacidades diferentes, que haciendo un ejemplo cívico se encontraban formados esperando su turno, demostrando el nulo respeto que le merece la prole, como ahora acostumbran llamar al común de los ciudadanos en México.