Atrápalos si puedes: COVID-19, el marco perfecto para estafadores de todo el mundo

24 octubre 2020
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Hay un grupo de personas para las cuales este año 2020 no podría haber sido más perfecto aunque lo hubieran ideado ellos mismos: los estafadores.

Un mundo devastado por el COVID-19 tiene todos los elementos que los investigadores han identificado durante mucho tiempo como razones clave por las que el fraude prospera después de los desastres: trastorno emocional, problemas financieros y ruptura de las redes de apoyo regulares.

Desde Estados Unidos hasta el Reino Unido, y desde Hong Kong hasta Australia, defensores de los consumidores y reguladores advierten sobre un alarmante aumento de las estafas.

Hasta ahora, los estadounidenses han perdido 161 millones de dólares por estafas relacionadas con el COVID; los británicos, 16.7 millones de libras; y los australianos, más de 3.6 millones de dólares, según datos de agencias de fraude.

“La gente se encuentra más vulnerable a las estafas de lo normal en este momento”, dijo Amy Nofziger, directora de la Red de Vigilancia del Fraude de AARP, uno de los mayores grupos de campaña de consumidores de EU. “Las personas bajo presión piensan emocionalmente, no cognitivamente”.

Los informes de todo tipo de estafas han aumentado a nivel mundial, en algunos casos de manera drástica. En Hong Kong, aumentaron 111 por ciento en el primer semestre del año y, en Singapur, una de las ciudades más seguras del mundo, la Policía dice que un incremento de 140 por ciento en las estafas es la principal razón del alza en la tasa de criminalidad general. Los casos transfronterizos también han aumentado.

Las políticas gubernamentales implementadas para mitigar las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus resultan un importante objetivo para los delincuentes. Ya sea que consistan en ofrecer acelerar pagos del estímulo en EU por una tarifa o en intentar obtener datos personales que puedan usarse para acceder a fondos de pensiones en Australia, los ladrones se enteran.

“Hay tanto dinero que están entregando los gobiernos, con los paquetes y los pagos de manutención bajo los sistemas de asistencia social, que obviamente es un objetivo muy atractivo para los delincuentes”, dijo Russell Smith, criminólogo principal del Instituto Australiano de Criminología. “La estimación de las pérdidas en dólares está aumentando todo el tiempo”.

Para ver un ejemplo de cuán lucrativo pueden ser los fraudes, tomemos el caso de Mohammed Khan. A medida que el Reino Unido se planteaba la posibilidad de un confinamiento a fines de marzo, las políticas para amortiguar el impacto económico de la pandemia se multiplicaron, desde el apoyo salarial a los trabajadores hasta las exenciones en los pagos de impuestos.

Khan, un estudiante de política de 20 años, vio una oportunidad. Comenzó a enviar un simple mensaje de texto prometiendo un reembolso de impuestos vinculado a un sitio web casi idéntico al real. Pidió detalles personales, incluido el apellido de soltera de una madre.

El envío de mil 200 mensajes de texto durante dos días le proporcionó 191 conjuntos de datos personales, una tasa de éxito de 16 por ciento. En total, consiguió por medio de esta estafa 10 mil 19.17 libras de 49 cuentas. Una unidad especializada en delitos financieros de Londres se enteró de sus actividades y, en julio, Khan fue sentenciado a 30 semanas de cárcel.

Cómo protegerse

  • Ten cuidado con los enlaces: si sospechas de la fuente, no abras enlaces en mensajes de texto o correos electrónicos y desconfía de los archivos adjuntos. Siempre es mejor iniciar sesión en sitios web directamente en lugar de confiar en un enlace enviado por correo electrónico.
  • Ponte alerta ante posibles estafas: siempre considera la posibilidad de que cualquier contacto no invitado, o alguien nuevo a quien le compres algo, pueda ser fraudulento. Regístrate en uno de los muchos servicios de correo electrónico de vigilancia de estafas de los organismos de consumidores para mantenerse informado sobre nuevas tácticas.

Los tipos básicos de fraude en la era del COVID-19 no son nuevos. Más bien, lo que ha hecho la pandemia es permitir a los delincuentes cambiar sus métodos establecidos para atacar a víctimas y usar las circunstancias que lo rodean como contexto, por ejemplo, sitios web que ofrecen mascarillas, desinfectantes para manos y similares que simplemente no existían.

Una variante particularmente cruel que ha provocado alerta en todo el mundo se refiere a las mascotas.

Al igual que miles de personas, Merikay Anderson, gerenta de cuentas de una compañía de seguros en Denver, pensó que la cuarentena sería el momento perfecto para tener un nuevo cachorro.

Después de no lograr encontrar uno localmente, Anderson, de 59 años, vio un anuncio de cachorros de bulldog francés de una criadora de Georgia.

Anderson comenzó a comunicarse a través de correos electrónicos con la vendedora, quien fue amable y le envió fotos y referencias. Un cachorro costaba mil 500 dólares, dijo la vendedora, y podría enviarse a través de un servicio de transporte de perros. También trató de calmar los nervios de Anderson por no ver al perro de antemano.

“Soy una mujer cristiana; nunca estafaría a nadie”, recuerda Anderson que le dijo la criadora. “Tenía un eslogan que era una cita de la Biblia”.

Inmediatamente después de transferir el dinero, las cosas se pusieron raras. Repentinamente, el servicio de envío no funcionaba, y la criadora pidió 2 mil dólares adicionales para el “seguro”. Las comunicaciones continuaron durante aproximadamente tres semanas, hasta el día en que la propia criadora supuestamente entregaría el perro. Anderson nunca más volvió a saber de la persona.

“Quedar sin el dinero y no tener al perro, y la forma en que seguía engañándome, fue como un abuso mental”, dijo Anderson. “Me sentí muy mal por haber sido engañada”.

Anderson denunció el fraude, pero no está cerca de recuperar su dinero. Sin embargo, tiene un nuevo cachorro: una mezcla de terrier llamado JD.

Protégete

  • Piensa en tu método de pago: hay protecciones incorporadas si paga con tarjeta de crédito. Si transfiere dinero, a menudo es muy difícil recuperarlo. Las solicitudes de pago a través de medios inusuales, como tarjetas de regalo o iTunes, son una señal de alerta.
  • Busca información de la persona: ¿hay alguna manera de verificar que esta persona sea real? Por ejemplo, en muchos países, los criadores deben tener licencia, por lo que puedes buscar información en las asociaciones oficiales.

Incluso si el COVID no se menciona explícitamente, el entorno febril generado por la pandemia también significa que las estafas bien establecidas —como pretender ser funcionarios de control de drogas en EU o funcionarios chinos en Australia y Singapur— están encontrando víctimas que en tiempos normales probablemente no habrían caído en la trampa.

A mediados de julio, Christian Gschnitzer, de 31 años, quien había llegado hace poco desde Suiza a vivir a Utah, recibió una llamada acusándolo de estar vinculado a cargos de lavado de dinero.

Hombres que se identificaban como funcionarios del Gobierno de EU lo interrogaron sobre sus movimientos y asuntos financieros. Uno de ellos sugirió que podría transferir sus ahorros a una cuenta bancaria en Singapur para “salvaguardarlos” mientras la investigación continuaba. Tener el dinero en esta cuenta podría ayudarlo a evitar cargos adicionales en la transferencia, dijeron las personas que llamaron.

Después de días de extrema presión psicológica —llamadas de una hora y advertencias de que posiblemente deberían notificar a su jefe—, Gschnitzer les creyó y envió el dinero a Singapur. Entonces todo quedó en silencio. Luego le contó a su esposa Charlotte, de 32 años, y a la Policía.

En total, la pareja fue estafada con 263 mil dólares.

“El COVID y las complicaciones de la reubicación ciertamente nos hicieron más vulnerables”, dijo Charlotte Gschnitzer. “Este año ha sido extremadamente estresante”.

Están enojados por la respuesta de los bancos involucrados, particularmente su banco principal, UBS Group. Ahora se preguntan cómo se permitieron transferencias tan grandes e inusuales sin activar sistemas de alerta de fraude, y dicen que no han sabido nada sobre avances realizados en su caso.

“Si mi banco hubiera hecho su debida diligencia, habrían sabido que estábamos siendo estafados porque nunca en nuestra vida hemos enviado dinero a Singapur y nunca hemos realizado ninguna transacción internacional”, dijo Charlotte Gschnitzer. “Quiero que mi banco me tome en serio”.

Un portavoz de UBS declinó hacer comentarios sobre el caso, citando las reglas de secreto bancario suizas. Un portavoz de la Policía de Singapur dijo que pueden intervenir para congelar cuentas sospechosas de estar involucradas en operaciones de estafa, si se les informa lo suficientemente pronto.

En el otro lado del mundo, una variante de la misma estafa les costó a cuatro jóvenes profesionales de la industria financiera de Hong Kong más de 14.9 millones de dólares de Hong Kong (1.9 millones de dólares) solo en los últimos tres meses, según un portavoz de la Policía.

En un caso revisado por Bloomberg, se llamó a una víctima y se le dijo que se usaron datos personales para registrar un teléfono chino que se utilizó para enviar mensajes contra el Gobierno. La intención es asustar a la víctima.

Luego, la llamada se transfiere a otros estafadores, que afirman ser policías de China continental. Los estafadores emiten órdenes de arresto falsas y exigen que la víctima entregue información personal para ayudar en la investigación. Después se le pide a la víctima que ingrese números de identificación e información bancaria en línea en un sitio web falso, generalmente de la fiscalía de China continental. Una vez hecho esto, los delincuentes transfieren dinero de la cuenta bancaria de la víctima.

Los delincuentes utilizan tecnología sofisticada para que parezca que están llamando desde un número telefónico genuino de agencias policiales, dijo la Policía.

Protégete

  • Pide una segunda opinión: los estafadores prosperan aislando y presionando a las víctimas. Reduce la velocidad, haga una búsqueda en línea sobre la historia. Hable con alguien de confianza antes de entregar dinero o información personal, independientemente de las amenazas.
  • No creas en la identificación que aparece en tu teléfono: los estafadores pueden falsificar fácilmente la información de identificación de la persona que llama o enviar un mensaje de texto, por lo que el nombre y el número que ve no siempre son reales. Si alguien solicita datos personales o intenta hablar de dinero, incluso si dice que son del Gobierno, probablemente debas colgar. Vuelve a llamar a un número que sepa que es genuino. No uses los datos de contacto que te dio la persona sospechosa.

Hay dos mensajes principales que los expertos quieren transmitir: el fraude es algo de lo que debemos hablar más, y no creas que a ti no te puede suceder. Analiza los ejemplos de fraude y sentirás la tentación de preguntar por qué las personas no se dieron cuenta de las señales de advertencia. En realidad, los estafadores son especialistas en atacar puntos de presión psicológica.

“Todos pueden ser vulnerables al fraude”, dijo Cassandra Cross, experta en cibercrimen y fraude de la Universidad Tecnológica de Queensland, en Australia. “Todas las personas tienen una debilidad o vulnerabilidad que, si se ataca de la manera correcta en el momento adecuado, podría conducir a la victimización por fraude”.

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