AVISO DE CURVA Rubén Olvera Marines

31 julio 2020
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Una nueva alarma en la economía de Coahuila

Si el Gobierno de Coahuila no realiza los ajustes pertinentes en su estrategia de crecimiento, en este 2020 la economía estatal podría convertirse, al igual que sucedió en la crisis de 2009, en la más afectada de las 32 entidades federativas.

En 2009, como ya lo he señalado en otras colaboraciones, la actividad económica de Coahuila sufrió el desplome más acentuado de todo el país, con un crecimiento negativo del -13.5%.

Para imaginar lo que podría suceder en 2020, basta con observar las señales que se presentaron desde el último trimestre de 2019 cuando el PIB estatal cayó en -1.7% y, al mismo tiempo, la entidad perdió más de 3 mil empleos formales. Lo sucedido al empleo resulta particularmente inquietante, ya que Coahuila, hasta antes de este período, llegó a acumular 35 trimestres consecutivos con un crecimiento positivo en la generación de ocupaciones registradas ante el IMSS.

La situación adversa no terminó el año pasado. Los “avisos de curva” continúan y se agravan con la pandemia de 2020, sobre todo cuando la economía norteamericana ha sufrido un desplome histórico del -32.9% en el segundo trimestre e igualmente la actividad económica de México cayó en -18.9%.

Las autoridades estatales deberían concentrarse en intentar frenar la tendencia que podría conducir al estado hacia lo sucedido en 2009, siendo que la crisis de ese año fue anunciada desde 2008 con sendas caídas en el PIB estatal de -2.7% y -5.6%, en el tercer y cuarto trimestre, respectivamente, junto a la pérdida de más de 19 mil empleos formales de octubre a diciembre.

La crisis global, junto a la resistencia de las autoridades estatales para modificar la estrategia implementada desde el inicio de aquella administración, provocaron caídas históricas en la actividad económica y en el empleo de 2009.

Sólo para ejemplificar y llamar la atención de lo que podría suceder en Coahuila si las autoridades soslayan los “avisos de curva”, rescato algunas estadísticas del hundimiento económico estatal de 2009. En el primer trimestre, la economía cayó en -18.4% y se perdieron más de 18 mil empleos. Durante el segundo trimestre la situación de agravó, ya que la actividad se desplomó en -21.3% y desaparecieron 27 mil ocupaciones formales.

¿Por qué es fundamental recordar lo sucedido en 2009? La respuesta debe activar las luces de alerta. Para empezar, esta semana el INEGI publicó el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal correspondiente al primer trimestre de 2020.Y pues sí, como era de esperarse, la economía de Coahuila registró la caída más alta de todo el país con un -6.8%, casi tres veces el derrumbe del PIB nacional que fue del -2.4%.

La desaceleración en la creación de empleos formales también es un signo negativo de rigor.   Durante más de 8 años, Coahuila presumió un crecimiento sostenido en la creación de fuentes de trabajo; la entidad se convirtió en un referente nacional. Sin embargo, a finales de 2019, lo improbable sucedió, recrudeciéndose a principios de 2020 cuando los empleos continuaron perdiéndose hasta llegar al segundo trimestre con un registro de casi 39 mil plazas esfumadas.

De ninguna manera debemos relacionar la caída en el PIB de Coahuila a finales de 2019 y a principios de 2020 con la aparición de la pandemia. Ni siquiera con la contracción del mercado norteamericano, el cual continuó creciendo en aquellos momentos. En realidad, los efectos del parón económico los conoceremos a partir de la información que proporcione el INEGI en el segundo trimestre de este año.

Por lo pronto, los indicadores de los trimestres recientes, previos a la pandemia, nos advierten que el Gobierno de Coahuila debería estar trabajando en un cambio urgente y duradero en la estrategia económica. Lo sucedido en el 2009 es razón suficiente para que el gobernador Miguel Riquelme Solís redefina ágilmente las acciones que, durante los últimos años, su administración ha dirigido hacia impulsar el crecimiento y promover el empleo.

Simplemente imaginemos la gravedad de lo que se viene: si en el primer trimestre de 2020 la caída en la actividad económica de Coahuila (-6.8%) representó tres veces la disminución del PIB nacional (-2.4%), ¿qué sucederá en la entidad en el segundo trimestre, cuando la economía mexicana se contrajo en un -18.9%?

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