La captura de César Duarte justo en momentos previos de la visita Presidencial entre los mandatarios de México y Estados Unidos pareciera ser un obsequio de bien venida, evidentemente al Priista lo tenían localizado desde tiempo atrás y su detención se manejo en momentos y tiempos precisos para seguir protocolos políticos.

Si bien la Dirigencia del PRI de manera inmediata salió a deslindarse de Cesar Duarte ello no implica que el hoy detenido no hubiera tenido relaciones o formará parte importante del Partido Revolucionario Institucional, de todos es conocido que para ser ungido como candidato tricolor a una Gubernatura se requieren relaciones, contubernios, negociaciones y compadrazgos, nadie llega dentro del PRI a cargos importantes si no es previamente palomeado por una cúpula que detenta el poder.

A meses de las elecciones en Coahuila y a poco menos de un año de las elecciones federales para renovar Diputados esta captura viene a significar un duro golpe para el PRI.

El ex Gobernador Chihuahua tiene múltiples cargos en su contra, fue de inicio acusado por Javier Corral quien al sucederlo evidencio presuntos desvíos millonarios donde se incluían algunos destinados para fines político electorales, la fiscalía de Chihuahua mantiene al menos diez carpetas de investigación o causas penales activas, así mismo la fiscalía especializada en delitos electorales en igual manera le sigue procesos.

Es también importante destacar que en 2019 César Duarte fue expulsado del PRI, dicha acción sin embargo fue considerada como mero acto protocolario o intento de rescatar algo de honorabilidad por parte del Partido Revolucionario.

La captura o detención de políticos resulta una válvula de alivio para la presente administración encabezada por López Obrador, ante la ausencia de resultados, la pérdida de popularidad y la incapacidad de resolver o afrontar adecuadamente las problemáticas que enfrenta el País este tipo de acciones se convierten en paliativo, es importante aclarar que la detención se realizó en los Estados Unidos y que los procesos que se siguen contra el Priista o ex Priista César Duarte no fueron originados durante la presente administración, es decir aprovecharan políticamente la captura pero su único mérito es haber coincidido en tiempos con la captura.