Sexo y pandemia: relaciones sí, pero con sentido común… y mucha higiene

30 mayo 2020
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Y después del confinamiento, ¿qué pasa con las relaciones sexuales? ¿Ha cambiado la Covid-19 nuestra percepción del sexo? ¿Hay abstinencia por miedo o nos hemos lanzado como si no hubiera un mañana? Hablamos con Valérie Tasso, escritora, sexóloga y embajadora para España de la marca sueca de objetos de placer Lelo.

¿Qué consecuencias ha podido tener el confinamiento en el sexo de una pareja estable?
Hay un gran problema en el deseo de una pareja de largo recorrido: la familiaridad. Esto, conformar una asociación de intereses compartidos dentro de una familia, es enormemente conveniente para el amor, pero para el deseo erótico suele ser demoledor. Es normal que así suceda, pues la familiaridad contrasta con la propia naturaleza del deseo, siempre expansivo y colonizador, de manera que lo que está demasiado cerca y visible lo entorpece, ya que adora lo que está a una larga o media distancia. Se suele decir que compartir baño con alguien a quien amamos acaba con el morbo, porque desaparece en nosotros el misterio. El sexo, pese a la hipersexualización de nuestras sociedades, que parece haberlo convertido en algo evidente y sin doblez , necesita siempre de esa sacralidad, de ese oculto. Un confinamiento prolongado como el que hemos vivido puede consolidar el vínculo amoroso pero siempre a costa del deseo.
Ahora que comienza la desescalada, ¿hay miedo a practicar sexo casual?
Sería razonable emplear más el sentido común, que no la aprensión. Después de un momento represivo se produce de manera pendular un movimiento expansivo. Según algunos cronistas, tras las sucesivas oleadas de peste negra en la Edad Media se organizaban unas bacanales y orgías del quince… Ahora se detectan ambos planteamientos: el excesivamente temeroso de adoptar la castidad como forma de sexualidad y el un tanto temerario de volcarse con frenesí a meterse entre pecho y espalda lo primero que pasa por la calle.
Se llega a hablar de la Covid-19 como la nueva enfermedad venérea…
Si interactúas con alguien infectado, aunque sea asintomático, la probabilidad de contraer la enfermedad sería mayor porque te susurrase al oído que por cualquier otro contacto genital. Por lo que sabemos hasta ahora, no está claro que la Covid-19 se transmita en el semen o en el contacto entre mucosas ni si, de existir esta vía de transmisión, la carga viral sería suficiente como para hacernos enfermar. Lo que debería inquietarnos de este coronavirus es que devenga ideológicamente y en la práctica una ‘enfermedad erótica’, es decir, una pandemia que limite nuestra irrenunciable condición de estar vinculados a los demás.
¿Cómo hay que afrontar las relaciones sexuales en este momento?
Con cabeza, conocimiento y respeto. Algo que resultaría sencillo pero que parece ser endiabladamente complicado para muchos… Y es que en materia sexual parece que no somos capaces de desterrar uno de los más inquietantes agentes patógenos a los que nos enfrentamos, la escasez de cerebro.
¿Algún truco para reanimarlas?
No soy mucho de trucos ni de recetas. Las sexólogas estamos aquí para conseguir que las personas tengan el suficiente entendimiento y las herramientas sobre su condición sexuada para empuñar con libertad y sin complejos su propia existencia, y a partir de ahí que hagan lo que estimen más oportuno, partiendo de que el sexo es un valor de la condición humana que nos engrandece.
¿Se puede hablar de un antes y un después en el sexo por la pandemia?
Salvo que adquiera dimensiones bíblicas, no espero que marque un acontecimiento en nuestra manera de relacionarnos. Cuando esto sea ya una pesadilla más o menos lejana, seguiremos amándonos (casi siempre) lo mejor que podamos. No hay que olvidar el precedente inmediato y que sigue vigente de una pandemia que ha acabado con la vida de 25 millones de seres humanos, el VIH. ¿Ha cambiado nuestras formas de interactuar sexualmente? Muchísimo menos de lo que podía esperarse durante el apogeo de la enfermedad.
¿Tendríamos que aconsejar algo los padres a los hijos en cuanto a sexo y Covid-19?
Tendríamos que aconsejar entre lo justo y muy poquito, fundamentalmente porque casi nunca lo sabemos hacer. Eso no significa en absoluto que haya que desentenderse, pero sí dejar que sean ellos los que tomen la iniciativa si en algún momento quieren conocer nuestra valoración. El atosigarlos o estar muy encima de su condición sexuada suele producir en ellos un rechazo mayor al que instintivamente tienen a tratar estos temas con nosotros. Además, en infinidad de ocasiones lo que vamos a transmitirles, y ellos no quieren oír, es el espanto sobre el sexo, la prevención continua…
Claves para un sexo seguro ahora.
No existe ningún recetario infalible que nos garantice que nuestras interacciones sexuales se vayan a establecer con la máxima seguridad, pero la mejor recomendación es, como decía antes, utilizar la cabeza. Utilizar el sentido común en el momento de decidirnos a tener una interacción sexual y en la elección de la persona elegida para hacerlo. El uso del preservativo es ahora y siempre la mejor medida preventiva y como tal debería integrarse en nuestras eróticas y ser visto como un aliciente y no como un engorro. Convendría evitar prácticas como el anilingus e, hilando muy fino, el coito (que es solo una entre mil eróticas más), pero si se practica no hacerlo en posturas en las que estamos de frente a nuestra pareja y optar por otras, y en general extremar la medidas de higiene.

Información de: El Mundo.es

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