AVISO DE CURVA : POR RUBÉN OLVERA

1 mayo 2020
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MARS, el Río Grande y los Taquitos Aarón

 Ya se hizo costumbre que el gobernador Miguel Riquelme y su esposa Marcela Gorgón se den el tiempo los domingos para desayunar tranquilamente en algún lugar de Saltillo. No esperes encontrarlos en los restaurantes de moda. Los ambientes discretos pero con buena sazón parecen ser su elección.

Recientemente se les vio en los famosos Taquitos Aarón, ubicados en Urdiñola, al sur de la ciudad. En la misma calle que acostumbraba transitar Humberto Moreira cuando iba de regreso a casa, antes que construyera los puentes del periférico, y por qué no decirlo, antes que se volviera algo fifí.

“Aarón” es famoso por su barbacoa, de la mixta, de labio con maciza. Tacos a doble tortilla de nixtamal que se sirven sobre coloridos platos de plástico. Mesas pequeñas y sillas incomodas, hechas para “echar taco”, no para tomar café. Autentica taquería: “comes, trapazo con desinfectante y los que siguen, porque el domingo hay fila”.

No es la primera vez que MARS acude a esta taquería, por lo que no creo que anduviera placeándose. Llegó muy temprano, antes de las 9:00 a.m., cuando prácticamente el lugar estaba vacío. Los domingos en Saltillo, si uno quiere que lo vean, hay que llegar a las 11:00 a.m., no antes.

Discretos, sin compañía, mesa del rincón, escoltas afuera, frasco de gel sobre la mesa. El gobernador y su esposa hablaban mientras comía de su plato (menudo con pata, me dijeron). ¿De qué hablaban? Seguro de su familia que es lo primordial. Pero, ¿cuáles son las preocupaciones públicas del gobernador Miguel Riquelme en medio de la pandemia y de la inminente crisis económica que golpearán fuerte a Coahuila?

Los recientes sondeos de opinión perfilan que MARS ha hecho una adecuada gestión de la crisis de salud. Ubicándose entre los gobernadores que más atención le han puesto a las acciones preventivas. Se ha visto con autoridad, adelantándose con disposiciones y programas para restringir la movilidad y promover el uso del tapabocas, incluso antes de que las autoridades federales lo establecieran.

Ha registrado intervenciones oportunas, como la gestión de la crisis exhibida en el hospital del IMSS de Monclova, en donde, por descuidos, se presentó un brote que incrementó los contagios y, lamentablemente, ha cobrado la vida de médicos y administrativos del nosocomio. Incluso, recientemente logró que, a pesar de su resistencia, Zoé Robledo, titular del IMSS, acudiera a la “ciudad del acero” para asumir su responsabilidad frente a la crisis.

Al mismo tiempo, la alianza que ha establecido con sus homólogos de Nuevo León y Tamaulipas ha sido bien recibida por los coahuilenses y ha dado visibilidad política al gobernador. Primero, porque han posicionado temas de interés para la población y, segundo, porque la militancia política de los tres mandatarios involucrados es bastante disímbola: PRI-Independiente-PAN.

Contrario a su partido, que se ha visto lento y complaciente, MARS se ha sumado al bando de los rudos, y eso es bueno para Coahuila.

La alianza tripartita (algunos historiadores han recordado aquel movimiento independentista del siglo XIX denominado la República del Río Grande), se estableció en un primer momento para atender temas comunes de seguridad, entre ellos la situación en las escuelas después de lo sucedido en el Colegio Cervantes de Torreón. Posteriormente, para coordinar acciones  en materia de salud, con miras a atenuar los contagios y los efectos del COVID-19. Luego, en coordinación con los empresarios, para impulsar programas para la protección del empleo y la reactivación económica de la región. Y más recientemente, para promover en forma conjunta la revisión del pacto fiscal con el propósito de garantizar una redistribución más justa de los recursos fiscales que se recaudan en las tres entidades.

Coincido con Nicolás Maquiavelo cuando afirmaba que en momentos de paz y estabilidad, los pueblos suelen valorar poco a sus gobernantes. Tienen que llegar los tiempos difíciles y peligrosos para que el ciudadano estime las buenas aptitudes para gobernar de quienes dirigen las instituciones del Estado.

Pienso que la crisis ha sacudido un poco al MARS discreto y cauteloso (como el de los Taquitos Aarón). Al mismo tiempo, lo ha posicionado como un gobernador que tiene las condiciones para reinventarse (como el de la atención a la crisis de salud y el de la alianza con Nuevo León y Tamaulipas), sobre todo en el tema de la economía que ha resultado ser su talón de Aquiles: el INEGI acaba de reportar una nueva caída del PIB de Coahuila de un -1.4% para el cuarto trimestre de 2019, cuando aún no se presentaba la crisis de salud. El empleo también sigue cayendo.

La clave para ser un buen gobernante, nos dice Maquiavelo, es acomodarse a los tiempos. La circunstancia del COVID-19 demanda firmeza y humanidad.  En cambio, la crisis económica que se avecina, reclama ímpetu y creatividad para la gestión de recursos y la protección del empleo.

 

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