El año más convulso para los hijos de Miguel Bosé y Nacho Palau

22 diciembre 2019
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El pasado domingo Miguel Bosé publicó en sus cuentas de Instagram y Twitter fotografías en las que aparecía en el jardín de su casa de Ciudad de México decorado para la Navidad. A los duendes, setas y proliferación de luces que mostraban un mundo de fantasía digno de un parque temático para niños se sumaba un gran árbol decorado para las fiestas donde se podían leer los nombres de sus hijos: Tadeo y Diego. Ni rastro de Ivo y Telmo, los hijos de Nacho Palau con quienes vivió como familia hasta junio de 2018, cuando saltó por los aires la relación de pareja que había unido a sus progenitores durante 26 años.

A 9.000 kilómetros de distancia, en Chelva, una localidad de Valencia de 1.500 habitantes, Nacho Palau también posaba sonriente frente a un árbol navideño decorado con espumillón, bolas y luces parpadeantes donde destacaban en azul y naranja los nombres de sus dos hijos biológicos, Ivo y Telmo, y los de Tadeo y Diego, los hijos biológicos de Bosé. La imagen estuvo publicada brevemente en la cuenta de Instagram de un amigo de Palau y después se eliminó. Lo que no podía mostrar ninguna de las fotografías era lo que pasaba por la mente de sus protagonistas en esos momentos en los que volvía a escenificarse la ruptura de su pareja y la distancia que separa a cuatro niños que se criaron como hermanos durante ocho años.

Nacho Palau delante de su árbol de Navidad en su casa de Chelva, Valencia. INSTAGRAM

Nada ha cambiado en el conflicto que les enfrenta en los tribunales. Hay fecha para el juicio en el que se verá la reclamación de Palau sobre la doble filiación de los niños, con la que persigue que se reconozca que tanto Bosé como él son padres de los cuatro menores y no solo de sus hijos biológicos. Se celebrará en Madrid en los primeros meses de 2020 después de que se retrasara el señalamiento inicial, fijado para finales de octubre. Los meses pasan y el temor a los efectos de la distancia que hay entre los cuatro hermanos —que no lo son legalmente— pesa en el ánimo de Nacho Palau.

La distancia no es solo física, también lo es su estilo de vida. Tadeo y Diego disfrutan de los lujos y privilegios que conlleva estar con un cantante internacionalmente conocido como es Miguel Bosé. Ivo y Telmo van a una escuela pública, viven en casa de su abuela en Chelva, donde su padre se dedica a recoger las cosechas de aceituna y almendra, mientras finaliza un curso de cocina de los que ofrecen las oficinas del paro. Su prestación de desempleo está a punto de finalizar y le urge encontrar un trabajo para continuar con la nueva vida que inició cuando se acabó su relación con el artista.

La expareja llegó a un acuerdo este verano que significó el reencuentro de los cuatro niños después de meses en los que solo tuvieron contacto telemático. Sus padres habían conseguido negociar que durante las vacaciones los cuatro hermanos estuvieran juntos con uno y otro progenitor en semanas alternas y que lo mismo ocurra cada vez que Miguel Bosé vuelva con Tadeo y Diego a España. De momento eso es todo. Cualquier acuerdo de tipo económico que atienda a las necesidades de Ivo y Telmo, a quienes durante años Miguel Bosé presentó en los medios como hijos propios, parece lejano, por no decir imposible.

Mientras, los niños se comunican entre ellos y con sus otros padres todos los fines de semana y nada más. Fuentes próximas a Palau reconocen que Miguel Bosé insistió en que Ivo y Telmo viajaran durante estas fiestas hasta México, pero finalmente cada par de hermanos permanecerá con sus respectivos padres biológicos. Pese al conflicto, hace un par de semanas Lucía Bosé, madre del cantante, se desplazó hasta Chelva y se alojó en la casa en la que vive Nacho Palau para ver a sus dos nietos antes de viajar hasta México para pasar las Navidades junto a su hijo. La mami, como la llama Nacho Palau, dejó constancia de su paso por la localidad valenciana en sus propias redes sociales y quienes conocen la historia de esta familia afirman que Lucía y Palau se quieren y disfrutaron de unos días agradables.

También explican que Ivo, Telmo y Nacho viven justos de dinero pero felices. «Los niños se sienten muy queridos y en Chelva todo el mundo les trata a los tres de maravilla. Llevan una vida de lo más normal en el pueblo al que Nacho iba de vacaciones durante su infancia porque era donde vivía la familia de su padre», explican. Y añaden: «Nacho ha vuelto a ser él, ha vuelto a sonreír, viven muy libres y creemos que él no quiere volver a saber nada del tipo de vida que rodea a la gente famosa. Está feliz», afirman.

Pero en su ánimo pesa el futuro de los cuatro niños que esta expareja decidió tener recurriendo a vientres de alquiler. Ya no hay nada personal que ate a los adultos. Palau estaba dado de alta en una empresa de Miguel Bosé y los salarios que le debía al romperse esta relación laboral ya quedaron solucionados. Quienes le frecuentan afirman que no reclama nada para él, que solo quiere que los cuatro niños tengan un futuro igualitario y que se les declare legalmente hermanos. Sabe que pasarán años hasta que la Justicia se pronuncie de forma definitiva.

Miguel Bosé muestra mejor aspecto que hace unos meses y sigue sin pronunciarse sobre este tema. Un caso cuya resolución esperan muchas familias diversas que aguardan esta resolución judicial como el maná de la jurisprudencia que abra una puerta legal a situaciones sociales que aún no encuentran respuesta en las leyes. Mientras Ivo, Telmo, Tadeo y Diego han vivido su año más convulso, aquel en el que sus padres decidieron separarse y lo cambió todo.

 

Información de: el País

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