El día de ayer se informó que por disposición presidencial el salario mínimo tendrá un incremento superior al 20% a partir de Enero del 2020, de inicio podría estimarse que el porcentaje es considerable pero la realidad dista mucho de esa apreciación.

Recordemos que el Banco de México establece parámetros para determinar la inflación general y en ella incluye un sin numero de productos muy distintos a los de consumo general o diario, un estimado que engloba cosas muy diversas a las que los ciudadanos consumen, hablamos de que en los bolsillos de millones de mexicanos la verdadera inflación se padece en porcentajes mucho muy superiores a los estimados oficialmente, el trasporte, los servicios públicos,  alimentos de la canasta básica, costos de útiles escolares, calzado, ropa, refrescos, rentas y demás cosas necesarias para el sustento del día con día.

Otro factor que no se considera es que los aumentos al salario generalmente suceden de manera anual y la inflación surte sus efectos todos los días, digamos que el incremento al sueldo solo sirve para recuperar el aumento de los precios generados durante el año transcurrido y no por el que se inicia, ademas de lo anterior tampoco se considera que la mayoría de los sueldos en nuestro país ya superan el salario mínimo establecido por que pocos patrones se verán obligados a incrementar el salario, al final de cuentas quienes más ganan con dicho incremento son justamente las instancias recaudatorias, hacienda y seguro social pues el incremento en el salario automáticamente representa un aumento a las cantidades gravables mediante impuestos.

Siendo realistas el salario de $123.22 es insuficiente para que una familia de cuatro integrantes subsista dignamente, incluso con el tabulador para la frontera que será de $185.56 también es insuficiente.

El incremento anunciado solo servirá para que de manera inmediata los precios de miles de productos aumenten en el mismo porcentaje o incluso superándolo, si a ello sumamos lo que se incrementaron durante el 2019 podemos anticipar que todo costará entre un 30% y 40% más a inicios del 2020 en comparación con los precios que existían a finales del 2018.