DOMINGO DE LEYENDA. HABITANTES INESPERADOS EN «CASA PURCELL»

8 diciembre 2019
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En el corazón del barrio latino de París se encuentra el Museo Cluny. Abadía en el siglo XIII, residencia de la reina viuda María Estuardo, y ahora Museo Nacional de la Edad Media, el edificio de la plaza Paul Painlevé tiene una estrecha relación con Saltillo. Su arquitectura inspiró una de las construcciones emblemáticas de la capital coahuilense: Casa Purcell.

Los elementos góticos y renacentistas del antiguo monasterio medieval son los que están atrás de la residencia construida por el británico William Purcell Halman. Terminada en 1906, y probablemente diseñada por arquitecto francocanadiense Henri E. Guindon, en la casa se empleó cantera de San Luis Potosí y madera del roble de Canadá.

“Muchos piensan que la casa fue construida de acuerdo con la arquitectura de Inglaterra, o de Irlanda, pero está basada en un castillo francés que ahora es el Museo Cluny”, explica Enrique Hernández, cuyo padre trabajó durante 60 años en la Firma Purcell.

La casa ubicada en la céntrica calle Hidalgo, que ahora alberga al Instituto Municipal de Cultura, aloja una historia muy peculiar. La de las hermanas Purcell. Resulta que esa vivienda se construyó en 1905 y cuenta con un estilo neogótico victoriano. Don Guillermo Purcell, que nació en Irlanda, vivió ahí con su familia. Tuvo seis hijas y dos varones con Helen O’ Sullivan: los dos hombres murieron sin descendencia, y de las seis mujeres, la mayor falleció aún niña, dos se casaron y se fueron a Inglaterra, y tres permanecieron solteras, por lo que el apellido Purcell no sobrevivió. A la muerte de don Guillermo, en 1909, doña Helena se fue a vivir a Berkshire con sus tres hijas solteras. En cuanto a las casadas, su hija Bridget y su esposo pasaban grandes temporadas en la casa de Saltillo atendiendo sus negocios en México, a veces acompañados de Mamie, su única hija, y en ocasiones se les unía Katerine, la otra hija casada, con sus cinco hijos, y todos, principalmente los niños, pasaban esas temporadas muy contentos en la casa de Saltillo, pues las tres hermanas solteras habían regresado al morir doña Helena, en 1931, y permanecieron ahí hasta su muerte. Lucy falleció en 1959, Anita en 1971 y Elena en 1977. ¿Será que ellas siguen viviendo en la casona, y espantan a cualquiera con sus paseos nocturnos?

En el ambiente a media luz que domina galerías y salones se intuye la presencia de los primeras habitantes de la casa. Para algunos esto es mucho más que una simple impresión, hay quien ha visto deambular por el ático de la vieja casa a personajes sacados de otro tiempo.

Hace apenas un par de meses un grupo de niños realizó una visita escolar al céntrico recinto. Al terminar se despidieron de uno de los guías del recinto, quien preguntó si no faltaba nadie del grupo, pues el centro estaba a punto de cerrar sus puertas.

La maestra contestó que había un grupo de actores ensayando en el ático. Extrañado, el guía cuestionó a la docente sobre por qué estaba tan segura del oficio de los rezagados. Ella apuntó que las personas en cuestión vestían trajes de época, por lo que dedujo que participan en una obra de teatro.

“Estaban enojados porque los interrumpimos, nos miraban muy feo”, alcanzó a decir uno de los niños.

Tras despedirse de los estudiantes y la profesora, el guía acudió al tercer nivel de la casa. El lugar estaba desierto.

Hasta hoy en día hay quienes aseguran que las ventanas se abren solas, así como que se escuchan pasos y azotes de puertas dentro de ella.

 

 

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