AVISO DE CURVA Rubén Olvera Marines

1 noviembre 2019
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¿Crees en fantasmas?

En todas las casas vecinas habita un fantasma. Cuando, por la noche, los vecinos salen de fiesta o se ausentan por días para disfrutar de sus vacaciones, invariablemente en ese hogar se escuchan ruidos, voces y chillidos de fierros que se arrastran; los focos prenden y se apagan sin razón, y lo más concluyente y revelador de la existencia de esa presencia, son los perros que durante toda la noche no dejan de ladrar.

Eso no da miedo. Al fin y al cabo, dejemos a cada vecino que lidie con su fantasma. Pero, tal vez logre llamar tu atención si te recuerdo que tu casa también colinda con la de un vecino, el cual se queja porque cuando tú duermes y el sale a media noche con su mascota, dice observar una sombra que se pasea amenazante por tu sala, y al acercarse a tu ventana, se percata de que esa oscuridad traspasa la pared de tu habitación.

Si en todas las casas vecinas hay un fantasma, pon atención: irremediablemente, en tu casa mora una entidad; tú también eres un vecino. ¿Ahora sí tienes miedo?  ¿Acaso existe alguna entidad que habita en tu domicilio?

Los fantasmas están ahí, invariablemente. Al menos es lo que nos dejar ver en una de sus novelas el escritor saltillense, Alberto Boardman, mejor conocido como Al Boardman. En efecto, en “Ese fantasma vecino”, el también comunicador narra en forma endemoniadamente tenebrosa y a la vez encantadora, una historia de fantasmas, de un electrizante espectro que intenta dejar tal condición para volver a dimensión de los vivos. Su plan consiste en asechar en las casas vecinas, incluyendo a tu hogar. Intenta (las páginas de la novela te revelarán si tiene éxito o no) encontrar una víctima, la “víctima” que, como siempre, suele ser el más débil, el más escéptico o el más incauto.

En términos del género del terror, sino fuera por la intervención de una bruja que lleva por nombre Hajnalka, la trama parecería de lo más común. Impulsada por la furia del desprecio y de la persecución de la que fue mártir, esta hechicera cobra venganza no importando que en ese intento arrebate la vida (¿o acaso sólo el cuerpo material?) a víctimas inocentes o a buenos vecinos.

La historia se desenvuelve en “Sunrise Village”. Un paraje antiguamente lleno de agua y vegetación, pero en donde la urbanización acelerada lo conduce hacia su propia decadencia. Los culpables: los vecinos, y sí, también sus mascotas. El paraje me recuerda a la zona poniente de Saltillo, un lugar conocido como La Aurora.

¿Hay contradicciones en la novela del joven saltillense? Por supuesto, pero el escritor les llamaría misterios. Por ejemplo, las historias de fantasmas generalmente se desenvuelven en parajes o construcciones oscuras, lúgubres. Sin embargo, los nombres “Hajnalka” y “Sunrise Village” evocan todo lo contrario: una flor enmarcada por un bello amanecer.

No obstante, te puedo asegurar que los distintos capítulos de la novela están llenos de secretos y sorpresas. Encontrarás una tétrica mezcla de brujas, muerte, sangre, fantasmas, perros ladrando y vudú.

Pero lo más inquietante y original de la trama es que Al Boardman aniquila esa deformación mediática que las películas y novelas de terror millennials han hecho del género, convirtiéndolo en fuente de historias softtrendy-predecibles.

Todo lo contrario, “Ese fantasma vecino” esconde tras la cortina de tu habitación una trama profunda y sorprendente: se dice que a un longevo habitante de “Sunrise Village” se le ha escuchado decir que los espectros no están dispuestos a habitar eternamente entre las cuatro paredes de tu habitación, lo que desean es ocupar tu cuerpo.

Será, sin duda, una de las mejores novelas de terror que podrás leer, sobre todo en esta época de catrinas y calaveras.

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