Una evidente desorganización, un Gobierno que pretende ser dirigido por la voluntad de un solo Hombre en donde no existe otro proyecto que los caprichos y el afán de protagonismo, la ausencia de una estrategia de seguridad que intenta ser suplida por frases ridículas e intenciones amorosas están hundiendo a México.
Hoy el rostro de AMLO es sinónimo del fracaso y el engaño auto infligido, quien asegurara que todo se podía solucionar en los primeros tres meses de ser gobierno ahora solo se limita a culpar al pasado, pese a que fue uno de los principales críticos por la violencia del gobierno de Calderón hoy minimizan las más de veinticuatro mil muertes violentas, una Secretaría de Gobernación que sin medir lo dañino de sus palabras afirma públicamente que las emboscadas y asesinatos de policías son normales pues se suceden a todos los días así como a todos horas.
En el Gobierno de la cuarta transformación se encuentran más preocupados por la sucesión y la continuidad que por su tarea de gobernar, un afán que solo persigue lo electoral sin considerar como prioridad el hacer un buen gobierno, la gente del gabinete pondera pecar de incapacidad antes de mostrar cualquier síntoma de autonomía que pudiera herir o evidenciar los errores presidenciales, nadie sabe que ocurrencias se dirán en las conferencias matutinas, solo quieren cuidarse de no contradecir o contrariar las vagas ideas o falacias imaginadas por López Obrador.
Primero resulto inconcebible que se otorgaran 80 plazas de maestro a cambio de que liberaran 90 autobuses secuestrados, hoy pareciera una locura que suelten a un detenido bajo el argumento de que el Estado Mexicano se vio superado en número y armas por grupos del Crimen organizado, dejan claro que actúan sin la menor idea de lo que hacen, no existe estrategia ni sentido lógico de su actuar, el mensaje que mandan de modo claro a los mexicanos y al mundo es de debilidad, sumisión así como evidencia de la ingobernabilidad por la que pasa nuestro país, acaso sus pretextos servirán de consuelo para los deudos de los soldados o civiles caídos durante los hechos suscitados en Culiacán, fueron tan inocentes que no pensaron las consecuencias de su accionar y después de poner en riesgo a miles de personas recularon prefiriendo regresar a un detenido.
No es solo las mentiras respecto a la venta del avión presidencial, el echo de no bajar la gasolina, la continuidad de la corrupción donde se protege a Manuel Bartlett o Elba Esther Gordillo, las adjudicaciones sin licitación, el nulo crecimiento económico, la perdió de empleos o el pésimo manejo del gobierno, el fracaso de Andrés Manuel López Obrador es general.
A prácticamente un año de Gobierno es urgente que se dejen de buscar pretextos o culpar al pasado, los meses que tienen gobernando han resultado estériles, la gente que gobierna junto con AMLO ocupa tener valor de entender su responsabilidad ponderando por encima de conservar su trabajo, se requiere quien haga las cosas y le muestre las realidades al Presidente, mientras no se reconozcan los errores o se mediten las debilidades difícilmente se encontraran soluciones, México está urgido de un Presidente que se dedique a Gobernar para todos y por el bien general.
