A la caza del coleccionista

13 octubre 2019
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Millonario y caprichoso. Con esos adjetivos se suele definir al coleccionista de arte contemporáneo. Sin embargo, el grueso de los compradores en el país —aquellos que visitan con regularidad las galerías en busca de una obra— son personas que rompen con el estereotipo del magnate suntuoso, con finanzas desahogadas y grandes mansiones. Al menos así lo explica José María de Francisco, director de Estampa, la feria que ensalza el mercado del arte español y portugués, y que se llevará a cabo en Ifema del 17 al 20 de octubre.

«Estampa es un evento que conecta a los coleccionistas con los artistas españoles. Es una celebración del arte», indica Pilar Serra, directora de la galería homónima, que será una de las 80 que presentarán la obra de un millar de creadores locales y foráneos en Ifema. A la cita acudirán entre 15.000 y 20.000 personas, según las estimaciones de los organizadores. Cerca de 350 corresponden a compradores de distintos países.

La feria, que este año celebra su 27ª edición, se articula en torno a un programa general dedicado a las galerías españolas. En este espacio participarán importantes firmas como Juana de Aiz­puru, Carreras Múgica, Moisés Pérez de Albéniz, Max Estrella, entre otras. Además, durante los días del evento, se llevarán a cabo una serie de encuentros que colocarán el foco en asuntos experimentales y menos transitados por el gran público. Todas estas secciones estarán dirigidas por diversos comisarios, entre los que destacan Ángel Calvo Ulloa (Lalín, Pontevedra, 1984), Bruno Leitão (Lisboa, 1979) y Alicia Ventura (Valencia, 1965). Esta última tendrá a su cargo un área en la que analizará el estado de la fotografía en España.

«Somos la gran cita de otoño del mercado del arte en España», explica De Francisco. Una de las metas del evento es incentivar el coleccionismo entre el público local, donde aún existe un desequilibrio entre oferta y demanda. «Hay muchas galerías y pocos compradores», destaca el representante de Ifema. Definitivamente, comprar una obra no es una afición barata, pero en España muchas de las personas que adquieren una pieza llegan a desembolsar entre 1.000 y 5.000 euros, de acuerdo con el informe El mercado español del arte en 2017, publicado por Fundación La Caixa. Este segmento de la población es al que se quiere llegar con Estampa, según los organizadores.

«Esperamos que el precio de las piezas presentadas en el evento vayan de 1.000 euros hasta 25.000 euros», explica De Francisco. La celebración también se vislumbra como la oportunidad para seguir impulsando esta afición, la del coleccionismo, entre los españoles, a pesar de que el país no es una de las grandes potencias del mercado del arte. El 80% de la tarta está en manos de Estados Unidos, el Reino Unido y China, que en 2016, según los últimos datos recabados por la Fundación La Caixa, registraron cerca de 400 millones de euros en ventas.

La cuota española, a escala global, es inferior al 1% y representa poco más del 2% del valor de lo comercializado en arte y antigüedades dentro de la Unión Europea. «Coleccionar es quizás una de las actividades más incomprendidas y enigmáticas, porque una pieza no es funcional, no hace nada, el único sentido que tiene es exaltar la belleza», explica De Francisco. A pesar de ello, dice el representante de Ifema, al adquirir una obra se apoya el trabajo de los artistas y se les impulsa a seguir creando. «Comprar la primera pieza siempre es complicado, pero una vez que se inicia es complicado detenerse. Es una pasión», concluye Serra.

 

Información de: El País

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