La advertencia lanzada por el Presidente Andrés López Obrador en el sentido de que si los propietarios de gasolineras no reducen sus ganancias se dará creación a una cadena de estaciones de servicio del Gobierno federal es una aberración, primeramente la competencia seria desleal, en segundo tendría que creerse todo un sistema legal para su funcionamiento y en tercero todo resultaría en un gran retroceso.

Con tales acciones se crearía un esquema de nacionalización generalizada, al igual que con las gasolinas podría pasar con bancos, tiendas de autoservicio, farmacias e infinidad de comercios, no es de dudar que de concretarse la amenaza de AMLO le siguiera con otros productos o servicios.

El presidente además usurpa funciones pues no es él a quien corresponde estar observando el manejo de precios a los consumidores, su supuesto exhorto fraterno es en realidad una amenaza de nacionalizar el comercio de combustibles.

Históricamente se tiene comprobado que en nuestro país las empresas paraestatales no funcionan, la intervención del gobierno en el comercio o la industria siempre ha generado corrupción y perdidas, en el pasado los bancos fueron nacionalizados y no se obtuvieron buenos resultados, en igual manera existieron instituciones bancarias dependientes del Gobierno que competían con la iniciativa privada y las mismas generaron enormes pérdidas al erario nacional, para remembrar sería bueno traer a la memoria negocios como CONASUPO sus manejos y sus resultados, crear estaciones de venta de gasolina dependientes del Gobierno es un gran error que al final de cuentas no es la solución idónea para cumplir la promesa de bajar el precio de los combustibles.