Ingredientes:
- 500 g harina corriente de trigo
- 125 g de almendras crudas o de harina de almendra
- 150 gr de manteca de cerdo (que esté blanda)
- 100 g de azúcar glass + 25 g para decorar
- Para aromatizar: una cucharadita de canela, o la ralladura de 1 limón, o una cucharada sopera de anís dulce, o una combinación de varios de ellos
Procedimiento:
- Lo mejor es dejar la manteca de cerdo unas horas antes a temperatura ambiente para que esté blanda. Si siguiera dura, es necesario ablandarla con las manos.
- Para esta receta de polvorones caseros podemos usar harina de almendra o bien triturar las almendras en casa con una picadora si quieres que tengan más textura y enontrarte los trocitos de almendra al comer. Esta es nuestra opción para la receta porque le da más alegría y un punto más casero.
- Una vez triturada la almendra, la mezclamos con la harina y la ponemos en una sartén antiadherente.
- Vamos a tostar la harina con la almendra molida un para de minutos. Esto potenciará su sabor y le dará el característico sabor al polvorón. Hay que tener cuidado de que no se queme. En cuanto vemos que empieza a tomar color tostado la retiramos.
- Después tenemos que dejar enfriar la harina tostada del todo. Hasta que no enfríe y se seque un poquito no seguimos con la receta.
- Una vez frío añadimos el resto de ingredientes: la manteca, 100 g de azúcar glass, la ralladura, el anís o la canela. Amasamos muy bien para que quede una mezcla lisa y bien integrada. Si la mezcla queda arenosa vamos añadiendo un poco más de manteca.
- Dejamos que la masa repose por una hora en un lugar fresco. Si es invierno, bastará con que la dejes a temperatura ambiente.
- Precalentamos el horno a 180º.
- Extendemos la masa con el rodillo hasta que tenga más o menos 1,5 cm de grosor y cortamos con un cortapastas. La tradición manda que sea ovalado, pero puedes usar uno redondo. Hay que cortar con cuidado para que la masa no se rompa ni se agriete.
- Horneamos los polvorones unos 30 minutos, el tiempo depende de cada horno. Es importante que no se quemen porque amarga el sabor y cambia la textura, así que ir mirando a menudo.
- Una vez estén a punto, espolvoreamos con un poco de azúcar glas y esperamos a que enfríen del todo antes de consumirlos.
