«Solía avergonzarme porque sólo era un escritor de cómics, mientras que otras personas construían puentes o pasaban carreras médicas. Luego comencé a darme cuenta: el entretenimiento es una de las cosas más importantes en la vida de las personas. Sin ello, podrían irse al extremo profundo. Creo que si eres capaz de entretener a la gente, estás haciendo algo bueno». Stan Lee.
Hay toda una filosofía de vida y anécdotas tras los casi 96 años de vida del mítico creador de superhéroes de Marvel, Stanley Martin Lieber. Nacido un 28 de diciembre de 1922 en Manhattan, Nueva York, tardaría casi 40 años en conseguir su primer éxito cuando en 1961 creó los 4 fantásticos. Durante esa misma década vendrían uno tras otro, Spider Man, X-Men, Iron Man, Thor, Doctor Strange, Hulk, Pantera Negra y así, hasta llegar a 60 superhéroes, 179 villanos, 82 personajes secundarios, 15 monstruos y 30 razas alienígenas que conforman el universo Marvel.
Firmó su primer trabajo con el seudónimo “Stan Lee” porque pensaba reservar su nombre real para el momento en el que creara su primer obra de narrativa seria, pensando en llegar a ser como Conan Doyle o R.L. Stevenson. Sin embargo años después, terminaría cambiando su nombre real por el seudónimo con el que ya por entonces era conocido mundialmente. Cosas de la vida. Y esa carrera que en un inicio se reprochaba por dedicar su talento a escribir comics, le hizo ganar una fortuna superior a los 70 millones de dólares más los derechos de sus personajes para las películas y la mercadotecnia de ese universo creado en su mente. Sin ir más lejos, la última película de los Vengadores es la tercera más taquillera de la historia.
Una condición de sus héroes era su humanización, por eso todos poseen un punto débil, el propio Stan Lee argumentaba al respecto: «Aquiles, sin su talón; vamos, hoy ni siquiera sabrías su nombre».
«Tener una idea es lo más fácil del mundo. Todo el mundo tiene ideas. Pero tienes que tomar esa idea y convertirla en algo a lo que la gente responda, y eso es lo difícil». Stan Lee.
¡Excelsior!
Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.
