Ingredientes:
– Un buen manojo de la planta que queramos utilizar: caléndula, romero, hipérico, consuelda, árnica, lavanda…
– Aceite base: Aceite de oliva virgen extra o aceite de almendras.
– Un poco de aceite de jojoba.
– Tarros de cristal esterilizados.
Preparación:
– Escogemos la planta que queremos macerar. Si está fresca debemos secarla bien en un lugar oscuro y ventilado, colgada boca abajo.
– Separamos la parte que nos interesa de la planta. Por ejemplo, si queremos macerar caléndula, escogeremos solamente los pétalos.
– En un tarro de cristal ponemos aproximadamente 100g de planta seca por cada litro de macerado.
– Cubrimos con el aceite, asegurándonos de que no queda ninguna parte de la planta fuera, ya que podría crear moho y estropearse.
– Añadimos unos 10mL de aceite de jojoba.
– Cerramos bien el tarro y lo dejamos en un lugar soleado durante 42 días completos. Yo suelo cubrirlo con otro recipiente opaco para que coja calor sin recibir la luz del sol directamente.
– Agitamos el tarro cada día para que se mezcle todo bien.
– Pasado este tiempo podemos colar el aceite con una tela fina y limpia, que no suelte pelusa. Lo envasaremos en un tarro esterilizado en un lugar fresco, seco y alejado de la luz solar, debidamente etiquetado con el contenido y la fecha de elaboración.