Un hombre irrumpió en una sinagoga de la ciudad estadounidense de Pittsburgh, Pensilvania, y disparó en contra de varias personas, en un ataque que dejó al menos 11 muertos. 

De acuerdo con la cadena CBS News, además de las 8 víctimas fatales, varias personas más resultaron heridas. El presunto tirador fue detenido por la policía y habría sido trasladado, lesionado, a un hospital cercano.

Entre los heridos se encuentran 3 agentes de policía y, en palabras del presidente Donald Trump, el saldo del ataque sería más «devastador» de lo que originalmente se había pensando.

En declaraciones a medios, Trump lamentó el tiroteo y aseguró que su gobierno acompañará a las administraciones locales en el proceso de investigación y atención de víctimas.

Cuestionado por reporteros sobre nuevas regulaciones de control de armas, el mandatario estadounidense dijo que valdría la pena considerar poner guardias con pistola dentro de templos religiosos.

Reportes extraoficiales indican que el tirador entró en el templo alrededor de las 9:45 tiempo local y gritó «todos los judíos deben morir», para después lanzar una ráfaga de fuego dentro del lugar, en el que al menos se encontraban tres congregaciones.