Los días para honrar a los muertos son el 1 y 2 de noviembre, días de Todos los Santos y Fieles Difuntos, respectivamente. Sin embargo, para quienes siguen las costumbres indígenas, la celebración comienza la última semana de octubre y finaliza los primeros días de noviembre.
Cuenta la historia y la tradición que ha pasado entre generaciones, que las ánimas llegan en orden a las 12 horas de cada día, siendo el orden más generalizado:

28 de octubre: Día en que se recibe a los que murieron a causa de una accidente y nunca pudieron llegar a su destino o bien los que tuvieron una muerte repentina y violenta. Se prende una veladora, se coloae una flor blanca, un pan blanco y un vaso de agua.

29 de octubre: A los ahogados y fallecidos de no mas de no mas de un año, considerando además, que los que murieron el mes anterior a la celebración no reciben ofrenda, pues carecen de tiempo para obtener permiso de volver.

30 de octubre: Las ánimas solas y olvidadas que no tienen familiares que los recuerden, (huérfanos y los criminales). Se prende otra veladora y se coloca un vaso de agua.

31 de octubre: A los limbos los que nunca nacieron o no recibieron el bautismo y a nuestros ancestros (abuelos, bisabuelos). Se coloca otra veladora, otro pan blanco, un vaso con agua y una fruta

1 de noviembre: A los niños, también referidos como «angelitos».

2 de noviembre: Los muertos adultos y niños. Este dia se coloca toda la comida, fruta y bebidas.