La violencia y el fanatismo ha llegado a tal grado que asistir a un juego de Fútbol es todo un acto de riesgo, el día de ayer la ciudad de Monterrey se tiño se sangre en un cruento enfrentamiento entre aficionados de dos franquicias, un joven fue salvajemente lesionado.

Lo peor es que estos hechos de sangre se presentaron antes del encuentro y muchos de quienes participaron en el horrendo crimen  entraron a ver el partido, mientras que las directivas pasaron por alto los  hechos para obtener sus lucrativas ganancias.

Hoy los estadios de futbol se han convertido en cantinas, explotan la ignorancia de los fanáticos para generar una pasión intolerante, mientras la gente gasta su dinero, arriesga la vida, se embriaga y adquiere objetos de sus equipos favoritos los jugadores cobran salarios exorbitantes  y los dueños de las franquicias obtienen sumas increíbles de utilidades, la gente pareciera no darse cuenta que mientras ellos cultivan odios los jugadores y los dueños de los equipos comparten amistades y negocios.

Los ambientes dentro de los estadios de futbol son mucho más nocivos que dentro de una zona de tolerancia, un palenque o una pista de caballos, en igual forma se vende mucho más alcohol.

Es urgente una sanción en contra de los equipo de tigres y rayados, cuando  un crimen así se comete en un burdel o en algún palenque el escándalo seria mayúsculo, la gente seguro pediría la clausura del lugar y la prohibición de funcionamiento, bueno sería que se exigiera en este caso lo mismo para que la gente entienda y omita este tipo de actos.

Una verdadera vergüenza para el deporte, se espera que se dé con los responsables y que ambos equipos den algún tipo de indemnización y cubran gastos médicos al lesionado