Maravillas desconocidas Por: Enrique Martínez y Morales

30 julio 2018
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Al hablar de las “maravillas desconocidas” de México, inmediatamente pensamos en atractivo naturales. Y, en efecto, existen muchos de esos prodigios en nuestro país, algunos muy conocidos (el Cañón del Sumidero en Chiapas, las Barrancas del Cobre en Chihuahua, las pozas de Cuatrociénegas en Coahuila, las zonas arqueológicas del Sureste mexicano), y otros cercanos al anonimato: el Santuario de Luciérnagas, en Tlaxcala; el Desierto de Altar, en Sonora; y los prismas basálticos de Santa María Regla, en Hidalgo.

Pero no todo es turismo. También tenemos instituciones maravillosas por sus aportaciones a México y al mundo entero. Una de ellas es el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), ubicado en Texcoco, a unos cuantos kilómetros de donde se construye el nuevo aeropuerto.

Es uno de los lugares más importantes para la supervivencia de la humanidad. Literal, sin exagerar. Ahí se desarrollaron, hace algunas décadas, variedades robustas de maíz y trigo resistentes a la sequía, que permitieron a cientos de millones de habitantes de varios países africanos y asiáticos sobrevivir a la hambruna que durante muchos años los azotó.

Fundado a mediados del siglo XX por investigadores de la talla del Dr. Norman Borlaug, Premio Nobel de la Paz en 1970 por sus aportaciones a la agricultura moderna, el CIMMYT cuenta con instalaciones en otras latitudes del planeta y recibe aportaciones del gobierno federal, a través de Sagarpa, las fundaciones Slim, Rockefeller y Bill y Melinda Gates, y de otros gobiernos, como los de EUA, Canadá y Reino Unido.

Hace unos días tuve oportunidad de visitar sus impresionantes instalaciones. En una inmensa bóveda, a 5 grados bajo cero, se conserva la colección de trigo más grande del planeta, unas 130,000 muestras. Es también uno de los bancos de germoplasma de maíz más importantes del orbe: 27,000 muestras de semilla, que se han ido mejorando desde que la agricultura domesticó a nuestros ancestros. Más del 70% del trigo y del 50% del maíz cultivado en los países en desarrollo tiene su ADN en el CIMMYT. ¡De ese tamaño!

El Centro comparte gratuitamente sus semillas al mundo entero, a través de miles de envíos periódicos. Es de los principales proveedores del “Arca de Noé” alimentaria, bóveda subterránea de semillas localizada en el Polo Norte, construida por el gobierno noruego para garantizar la sobrevivencia en caso desastres naturales o bélicos. Su director general, Martin Kropff, comentó, medio en broma: “Los amigos de DHL deberían estar muy contentos por el negocio que les damos y por el bien que le hacen a la humanidad”.

México no es solo sede de reconocidos atractivos naturales, sino también de instituciones maravillosas creadas por el hombre, operadas principalmente por mexicanos, que nos enorgullecen y colocan a la vanguardia del mundo. Conocerlas y cuidarlas es tarea de todos.

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