Resulta muy triste ver como la mayoría de los electores en nuestro país tomaron una actitud poco prudente al momento de elegir, entendemos la existencia de un sentimiento de enojo, frustración o coraje para votar a favor de Andrés Manuel López Obrador, al final fue quien supo aprovechar y capitalizar el hartazgo de millones de mexicanos.
Lo que resulta inconcebible fue la manera en que se dejaron manipular con el simple cambio de discurso, en principio AMLO se presento como antisistema, al entender que para ganar requería no desdeñar ningún apoyo permitir que en sus filas incursionaran toda clase de gentes, desde políticos con décadas en la filas del PRI hasta gente con antecedentes penales, criminales, neófitos e incluso personajes con vergonzosos antecedentes en el ejercicio de la función pública, ante lo que pasaba dentro de Morena no quedo otro remedio que asegurar que quienes lo seguían quedaban perdonados y que en automático sufrirían una transformación casi divina, aun mas increíble es que la gente lo creyera denotando una ignorancia que va en toda contra de los tiempos actuales, si lo sucedido hubiera sido realizado en la época de la conquista o quizás de la colonia se hubiera comprendido pero en nuestros tiempos es inverosímil.
En un acto de revanchismo motivado por la cólera millones de personas actuaron como borregos y sin pensar si quiera a quien le otorgaban el voto de una manera autómata cruzaron todo lo que tuviera el símbolo de Morena, una conducta abstracta y genérica que no midió resultados ni consecuencias, incluso no repararon a pensar el daño que pueden generarle al propio Andrés Manuel, al final del próximo sexenio solo existirá un responsable de lo bueno o de lo malo, no es Morena, recordemos que todo gira en torno de AMLO y a él a quien se habrá de juzgar.
Otro grave problema que ya se presenta es sin duda el desprecio que demostraron a personas que han demostrado honradez, capacidad y talento, gente que no militaba ni en el PRI ni el PAN, jóvenes o personas con talento comprobado, que no han mentido, no han robado y no han engañado, con su voto en contra de quien ha hecho buen trabajo o demostraba buenas intenciones solo dejan en claro que no son políticos decentes lo que quieren, hoy el mensaje de mucha gente que se puede calificar como entupida afirma que su actuar se soporta en el simple hecho de preferir que los robe otro, así de pobre y conformista la idiosincrasia de algunos mexicanos “ Prefiero que me robe otro “ ese es el mensaje que están enviando a miles de personas que sueñan con un México diferente, ese es el premio o reconocimiento que otorgan a funcionarios o servidores públicos honestos, esa es la suplica de lo que esperan obtener de quienes prometieron un cambio.
Dos casos concretos de ejemplo, Pedro Kumamoto, un joven sencillo, que llego a un cargo de elección popular sin derrochar millones de pesos en su campaña, quien ha mantenido su perfil modesto, quien trabajo cabalmente en la encomienda para la que fue electo, un joven que donaba gran parte de sueldo, que no compro lujosos automóviles ni adquirió opulentas residencias y que pese a ello la gente no voto por el, otro sencillo ejemplo lo es un joven de Nuevo Leon que compitió bajo las siglas de movimiento ciudadano en busca de una diputación, Alejandro Villanueva tenia las mejores propuestas, su campaña fue modesta, toco miles de puertas acompañado solo de una tarjeta de presentación y las ganas de cambiar las cosas, proteccionista con capacidad, de modo honesto de vivir, sin ningún antecedente que recriminar y con todas las ganas de cambiar la manera de hacer política en nuestro país.
Casos existen por miles, la verdad es que pocos pueden entender o descifrar cual es el anhelo de los mexicanos, de lo malo se quejan pero lo bueno no lo reconocen, ¿Quizás todo pueda resumirse es que justamente lo que piden es cambio sexenal de rateros.
Otorgaron las preferencias electorales a gente que incluso se encontraba presa, votaron por viejos y reconocidos militantes del PRI, si bien no se puede generalizar y debemos reconocer que incluso dentro del revolucionario institucional existe gente valiosa, ellos no fueron precisamente quienes resultaron candidatos de Morena, quienes son priistas respetables son pocos pero la mayoría de los postulados por Amlo no se cuentan entre ellos.
La gente voto por futbolistas sin preparación académica, por cantantes, strippers, sujetos con antecedentes penales por balear y robar, mujeres que fueron cesadas de antiguos trabajos por exhibicionismo, incluso podríamos afirmar que muchos de los que serán nuestros representantes en el Senado O el Congreso no pasan una prueba de antidoping.
Alguien quien es su fanatismo por AMLO intentaba defender lo indefendible, aseguraba que la preparación nada tiene que ver, la respuesta a su optimismo se la plasmamos de modo muy sencillo, ¿Qué pensaría usted que cuando llegara a un hospital lo operara un carpintero? ¿Qué confianza le puede generar llevar su auto a que lo repare un Fontanero? ¿Qué pensaría si un doctor en medicina fuera el encargado de construirle su casa?
Al final de las cuentas podemos resumir en algo, la ciudadanía mexicana no busca honestidad, no reclama preparación, en poco le importa o valora el trabajo, los antecedentes o el desempeño, en México la gente quiere ídolos, pide a gritos promesas falsas y al final en nada le molesta que la roben o la timen, lo que quiere es que quienes los jodan no sean siempre los mismos
