Muere Alfie Evans, el bebé en el centro de una batalla legal en Reino Unido

28 abril 2018
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 Alfie Evans, el bebé de 23 meses en el centro de una batalla legal en Reino Unido,ha muerto esta madrugada en el hospital Alder Hey de Liverpool, según ha confirmado su padre. Hacía casi una semana que se había desconectado la respiración asistida al pequeño, con una enfermedad degenerativa irreversible, pese a la oposición de sus padres. «Mi gladiador ha rendido su escudo y ha ganado sus alas… Absolutamente desconsolado. Te quiero, mi chaval», ha escrito en Facebook su padre, Tom Evans, de 21 años, que no cejó en su lucha por mantener a su pequeño con vida, alimentadas sus esperanzas por los integristas religiosos que desafiaban la devastadora evidencia científica.

El personal hospital, en el que Alfie fue ingresado tras empezar a sufrir convulsiones en diciembre de 2016, siete meses después de nacer, ha expresado su «sincera solidaridad» con la familia. «Todos nosotros lo sentimos profundamente por Alfie, Kate [la madre], Tom y toda su familia, y nuestros pensamientos están con ellos. Ha sido una travesía devastadora para ellos», escriben en un comunicado.

El pequeño Alfie fue desenchufado de las máquinas que le mantenían con vida el pasado lunes, en contra de la voluntad de sus padres, dos veinteañeros de Liverpool, después de que los médicos convinieran que «no había cura médica» para su condición. Las pruebas médicas mostraban una «catastrófica degradación del tejido cerebral» y continuar el tratamiento sería no solo «inútil», sino «cruel e inhumano». Según los especialistas, el pequeño no sobreviviría más de unos minutos sin asistencia artificial, pero continuó respirando después de ser desconectado.

La batalla legal entre los médicos y los padres, asistidos por colectivos religiosos, duró cuatro meses. El pasado martes, un juez del Tribunal Superior de Manchester denegó a los padres la posibilidad de trasladar a Alfie a Italia, donde se le había ofrecido continuar con su tratamiento. Los padres recibieron el respaldo del papa Francisco y del Gobierno italiano, que había dado la nacionalidad al niño con la idea de trasladarlo a Roma para que siguiera recibiendo atención médica.

La justicia ya había dado anteriormente la razón a los médicos del hospital Alder Hey de Liverpool: no había esperanza de mejora para el niño, que se encontraba en estado semivegetativo. Los padres, que insistían en que su pequeño no sufría, perdieron la batalla en tres instancias de la justicia británica y ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El caso de Alfie dio la vuelta al mundo. El exterior del hospital se convirtió en campo de protestas de activistas provida que se conocieron como «el Ejército de Alfie». El pasado lunes, un grupo de ellos trató de irrumpir en el hospital por la fuerza. La dirección del centro denunció abusos al personal médico. Tras la última negativa de la Corte de Apelaciones, el padre de Alfie aseguró que colaboraría con los médicos del hospital de Liverpool, a quienes había acusado días atrás de mantener «prisionero» a su hijo. Evans afirmó que trabajaría con el equipo de doctores para ofrecer al bebé «la dignidad y el confort que necesita».

Información de: El País

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