Meghan Markle y Enrique de Inglaterra anunciaron su compromiso el pasado lunes tras poco más de un año de relación. Un nuevo capítulo en la vida de quien hasta ahora era conocida como actriz que significa que pasará a formar parte la familia real británica, a la que sus propios miembros suelen referirse como “La Firma”. Así, sus actos y palabras se estudiarán con lupa por los equipos de palacio y por miles de personas de todo el mundo, lo que supone un cambio drástico en su vida. Estas son las cosas que va a dejar atrás tras casarse con quien es el quinto en la línea de sucesión al trono británico.
3. Además de familia y amigos, Meghan Markle se despide de una de sus mascotas más queridas. Según informó el secretario de comunicación del príncipe Enrique, Jason Knauk, mientras Guy ha viajado con ella a Reino Unido su otro perro, Bogart, se quedará en Estados Unidos. El labrador que adoptó hace unos años vive ya con unos amigos de la exactriz, pues su edad y estado de salud no le hubiese permitido aguantar los kilómetros de viaje.
4. El príncipe Enrique y Meghan Markle han anunciado que se casarán el próximo mes de mayo en la iglesia de San Jorge del castillo de Windsor. Antes de ese día, la californiana se bautizará y confirmará para entrar a formar a parte de la iglesia anglicana, que permite que las personas divorciadas se vuelva a casar (como es el caso de la actriz). A pesar de que de pequeña estudió en un colegio católico, ella no fue criada como tal, su padre es episcopal y su madre, protestante. Los medios británicos aseguran que este es un gesto que hace hacia la gran fe de la reina Isabel, pues no sería necesario para que se pueda casar.
5. Meghan Markle ya tiene una amplia trayectoria en proyectos humanitarios. Viajó a Ruanda para una campaña de agua potable con la organización canadiense World Vision, milita en la entidad de Naciones Unidas para la igualdad y empoderamiento de las mujeres y es consejera de la caridad One Young World. Pero tras entrar a formar parte de la familia real británica, los proyectos en los que se involucre pasarán a ser decididos por el palacio de Kensington. Así que es de esperar que sea la cuarta patrona de la fundación que tienen los duques de Cambridge y su futuro esposo, una organización en la que ponen el foco en quitar el estigma de las enfermedades mentales, en la educación de los más pequeños o en la prevención del sida y otras enfermedades de transmisión sexual.
Todo ello para cambiar, a sus 36 años, su vida de actriz por el de la duquesa de Sussex, título que probablemente recibirá tras su boda con el príncipe Enrique y con el que ostentará un posición desde la que difícilmente podrá volver a verter opiniones políticas como las que ha hecho en más de una ocasión.
Información de: El País