Tras el sismo del pasado 7 de septiembre en el que muchas escuela de Juchitán, Oaxaca quedarón reducidas a escombros, y tras un mes sin clases, los dueños del conocido bar «CocoBongo» decidieron utilizar el patio de su establecimiento, para que se impartieran clases a los vecinos del local.
En un espacio abierto, con laminas por techo, 30 sillas y tres mesas reciben clases poco más de treinta niños en edades de 5 a 12 años. Los propietarios del lugar pidieron ayuda a los vecinos y solicitaron maestros vía internet, los cuales llegaron, los padres de familia de los alumnos aportan 5 pesos diarios para ayudar a los gastos del desayuno que se les da diario.