Pelearon como nunca pero perdieron como siempre, no podemos afirmar que no hubiera fraude pero sin embargo no podemos asegurar lo contrario, lo evidente si lo podemos comentar y seguro en ello muchos estarán de acuerdo, al partido acción nacional le falto valentía, demostró que carece de eso denominado casta, bravura, finura o trapío, la chispa que distingue a los ganadores del resto, la sana ambición que lleva a echar el resto.

Acción Nacional jugo como siempre a esperar que los contrincantes pierdan, atenidos al odio o repudio que los ciudadanos mostraban al PRI pensaron que ello seria suficiente, actuaron con falta de humildad, olvidaron dejar de lado la soberbia que les distingue, no pudieron comprender que ese enojo que todos sienten en contra de la corrupción o los abusos del partido de siempre jamas será suficiente para que otros ganen sin trabajar.

Los Gallos finos se mueren en la raya y se crecen al castigo, los caballos de buena sangre vacían sus pulmones y desgarran sus músculos con tal de ver la meta pero en Acción Nacional les falta ese coraje, son atenidos, nunca ponen ese extra que quien aspira aporta.

Tal como sucedió en Nuevo Leon pensaron que ya estaban completos, no hicieron por sumar ni se apuraron por abrir las puertas, pecaron de ambiciosos, no cumplieron ni dejaron que todos los que quisieran participaran pues no querían verse en la necesidad de repartir.

Si bien aun queda la esperanza legal y puede que las cosas cambien ello no implica un triunfo por esfuerzo propio.

Su dirigente quedara en los recuerdos como el peor de los muchos malos capitanes que han tenido, los dueños de dicha franquicia seguro se refugiaran en las próximas plurinominales afin de culminar sus carreras, la presente generación ya va de salida, la tercera no se presentará y la segunda ya fue la vencida, del plato a la boca se derramo la sopa.