Hablar del nuevo PRI es explicar con palabras diversas el significado de descaro, citar a los supuestos integrantes de un partido renovado que ahora si vendría a demostrar como se gobierna resulta es pensar en una escuela generacional de ladrones profesionalizados.

Toda la camarilla de ladronzuelos que desde los Estados ayudaron a la asunción de Peña Nieto es el resultado de una sociedad fría que ha perdido los valores y cualquier apego a la moral, hoy las nuevas generaciones de cachorros revolucionarios vienen pisando fuerte, tienen un sentido de la prepotencia e impunidad aumentado y el mercantilismo actual les provoca un amor por el dinero ajeno capaz de asustar a los viejos políticos de antaño.

Hoy los lazos de muchos Gobernadores acusados de corrupción no pueden ser escondidos por un  Presidente de la República que ensalzo sus propiedades de nuevos políticos y que ahora intenta negar su relación muy a pesar de que es de todos conocido como maletas llenas de dinero salían de los Estados para ir a parar a su campaña pagando de forma anticipada poder e impunidad.

Toda la podredumbre a generado repudio incluso en miembros tricolores, gente que de alguna modo pensó que los estatutos del partido tenían algo de principios y que hoy se asquean del proceder de quienes tienen el control de los gobiernos y de la institución política, muchos militantes hoy tienen vergüenza de su pertenencia o estancia en el PRI.

Todos los Gobernadores que mayormente estuvieron vinculados con la llegada de Peña Nieto hoy están prófugos o inmersos en escándalos de corrupción, es increíble como ese partido aun tiene el cinismo de participar en contiendas electorales y pedir la confianza atreves del voto, pero mas insólito que exista gente idiota o ignorante que piense otorgárselo.

Hoy los pocos militantes con conciencia y vergüenza han mejor optado por abandonar sus filas.

Pensar que el PRI pueda renovarse, dejar la opacidad o desdeñar la impunidad resulta toda una utopia, Coahuila es claro ejemplo del cinismo, salir a pedir el voto hablando de oportunidades, crecimiento y bienestar cuando saben que violentan la ley comprando conciencias mediante el desvío de recursos públicos es una contrariedad que por desgracia la gente torpe no asimila.

El nuevo PRI es peor que el viejo partido, pronto vendrá el momento de reprochar su proceder.