El Jeremías Por: Enrique Martínez y Morales

6 noviembre 2016
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martinez twitterEl Jeremías

Si no ha ido al cine a verla, hágalo antes que salga de cartelera. No solamente por ser una comedia sumamente divertida e ingeniosa, ni por ser una película producida y dirigida por talentos con raíces coahuilenses, sino porque “El Jeremías” aborda un tema frecuentemente descuidado por la sociedad: los niños superdotados.

Jeremías es un niño-genio originario de Sonora, nacido en el seno de una familia modesta, que llegó tarde a la repartición de talentos. El gran diferencial intelectual complica la comunicación con sus padres; lo extraño de su comportamiento dificulta el hacer amigos; la posibilidad de dejarlos en ridículo, ocasiona la animadversión de sus maestros.

Incomprendido en casa, aislado y buleado en la escuela es orillado a buscar alternativas de crecimiento, incluso a costa de su seguridad e integridad física.

El caso del protagonista no es aislado. Según estadísticas confiables, en México hay alrededor de un millón de menores en la misma situación de Jeremías. La mayor parte de ellos son ignorados o diagnosticados, erróneamente, con Trastorno por Déficit de Atención (TDA). El subsecuente tratamiento inhibe lo extraordinario de su capacidad. De los pocos que reciben impulso e incentivos, la mitad acaba por abandonar el país.

Un niño superdotado bien dirigido aportará, cuando adulto, mil veces más en términos de crecimiento económico que ciudadanos con un coeficiente intelectual promedio. ¿Se imaginan el potencial? Cada talento extinguido, cada genio sin detectar, cada superdotado inadvertido es un invento sin crear, una vacuna sin desarrollar o una solución sin encontrar.

La SEP promueve la aceleración académica como modelo de intervención educativa para impulsar al talento. El Tec de Monterrey, al igual que otras escuelas, cuenta con programas para alumnos de excelencia. Organismos como el Centro de Atención al Talento brindan direccionamiento a niños y jóvenes en estas condiciones.

Nuestros sistemas educativo y económico se encuentran en el camino de absorción de talentos. Alternativas existen, sólo se requiere un esfuerzo para detectar a los potenciales Jeremías. Y la sociedad puede aportar mucho en este sentido.

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