Intentando simular inocencia o incapacidad mental Ismael Ramos Flores trato de justificar los desvíos oficiales de recursos con argumentos infantiles y absurdos, la base de su débil defensa fue decir que las empresas si existen, que están constituidas y dadas de alta.

Evidentemente el hábil Secretario de Finanzas se salió por la tangente respondiendo lo que nadie le pregunto, su descaro es apoyado por los diputados de su mismo partido y dependientes de su mismo patrón; Claro que las empresas existen en el papel, es evidente que se dieron de alta y que también tenían una cuenta bancaria para recibir el el dinero que les fue enviado de las cuentas publicas de Coahuila.

Afirmar que se crearán leyes para verificar domicilios no es la solución ni tampoco se equipara a lo que debería de ser una sanción, el astuto funcionario debió de explicar el como llegaron esas empresas a ser proveedoras del Gobierno, como dieron con ellas a pesar de que no cuentan con pagina de internet o publicidad impresa, quien las recomendó y como fue que decidieron realizarles compras millonarias sin que siquiera estuvieran domiciliadas en Coahuila ni encontrarse dadas de alta en el registro de proveedores estatales.

El señor Secretario de finanzas sabe perfectamente lo que refiere el termino “ Empresas fantasmas” su intención de fingirse idiota no le va; Lo que el mote fantasmas presupone es que de forma premeditada y en contubernio con la autoridad Estatal o funcionarios de alto nivel se confabularon para dar creación ha sociedades mercantiles que de fondo no persiguen un fin comercial licito, empresas que sin necesidad de empleados, instalaciones , equipo o infraestructura sirven de mampara para realizar compras falsas o que siendo reales llevan  un sobreprecio en los productos que facturan.

Lo sucedido en Coahuila es un evidente caso de corrupción y saqueo del erario publico, no existe motivo lógico para justificar que a una negociación dedicada a la asesoría se le compren muslos de pollo o cobijas y escobas, resulta también absurdo presuponer que una empresa cuyo domicilio sea un cuarto de vecindad en un humilde barrio en la ciudad de Mexico tenga capacidad para surtir o proveer artículos cuyo costo supera una decena de millones de pesos.; Es evidente que las compras señaladas y defendidas con demencia por el Secretario de finanzas son un acto de simulación o favoritismo que tiene inmerso un lucro.

Una burla la explicación dada por el secuaz de Rubén Moreira y también una burla la impunidad que permiten las autoridades en contubernio  con los Diputados del Estado.

Lo peor de todo no es que Ismael Ramos se finja Idiota, lo que en verdad lastima es que piense que los ciudadanos de Coahuila lo somos.