Algo que vale la pena contar: La paz no es simplemente un concepto.

23 septiembre 2016
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boardmanA partir de 2001 la Asamblea General de las Naciones Unidas, decretó el 21 de Septiembre como “Día Internacional de la paz”. Pero la paz no es simplemente un concepto, no son tres letras, ni la conmemoración de un día.

Podríamos haber comenzado esta reflexión con cientos de frases motivadoras sobre el tema, pero cada vez estoy más convencido de que eso de aportar retóricamente “un granito de arena”, al final sólo terminaría por dar como resultado la creación de un desierto

Así tenemos entonces que la paz es armonía entre los seres humanos. Pero para lograrlo a gran escala, el primer paso que debemos dar es hacia nosotros mismos. De nada sirve enarbolar una bandera de paz mundial, cuando aquí en cortito, en nuestra propia casa, con nuestros compañeros de trabajo, amigos, conocidos y desconocidos, practicamos (quizá sin dimensionar los alcances) distintos grados de violencia. Y la violencia es, una oposición clara de la paz.

Criticar, enjuiciar, confabular, “a carrillar”, es violencia. Imponer, aprovecharse, obligar, es violencia. Intolerar y culpar, es violencia. Simplemente faltar al respeto de quien nos habla de manera personal por atender un mensaje del celular, es violencia. Todo aquello que pueda generar animadversión de los demás hacia nuestra persona debido a nuestra consciente o inconsciente conducta, es violencia. Continuamente estamos sembrando semillas de violencia. Si vamos en el coche desesperados y gritamos a otro conductor un insulto y nuestro hijo va en el coche y lo escucha, es violencia. Si forzamos a nuestros padres a ir a un asilo, es violencia. Si culpamos de todo lo malo que nos pasa a los demás, es violencia. Hablamos mucho de la paz, pero poco hacemos conciencia de la violencia que impunemente ejercemos.

Muy poco puede hacer un discurso o una acción que intente cambiar a otros, cuando nada hacemos por cambiar nosotros mismos. Los actos de violencia mundial que hoy vemos, de los cuales constantemente nos quejamos, son el resultado de intentar cambiar de lo más grande, a lo más pequeño, cuando debe ser a la inversa.

Si la paz es el camino, para transitar por él primero hay que despejarlo de las violentas zarzas y culpables abrojos que por ignorancia e indolencia, hemos dejado que crezcan.

Escrito por: Alberto Boardman

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