Algo que vale la pena contar: Celebramos por anticipado el inicio de la Independencia mexicana

15 septiembre 2016
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boardmanEl 15 de Septiembre a las 23:00 horas celebramos por anticipado el inicio de la Independencia mexicana; y es que realmente sería como a las 5 de la mañana del 16 de septiembre que ojo, no Hidalgo, si no José Galván, el campanero de la parroquia de Dolores, hizo sonar la campana llamando a la población a concentrarse para escuchar el mensaje de Hidalgo.

Tenemos entonces que cada celebración del 16 de Septiembre conmemora literalmente el «inicio» de la lucha, no la Independencia como tal, que realmente sucedería 11 años después con la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México y la correspondiente firma de acta de Independencia el 24 de Septiembre de 1821. Por lo que como bien se ha referido en múltiples ocasiones, el verdadero Bicentenario de la Independencia debería celebrarse en el 2021. Amén de que México no sería reconocido por España como independiente hasta 1836, con la firma del Tratado de Santa María – Calatrava (firmado por Miguel Santa María por parte de México y José María Calatrava por España). De hecho en nuestro país la publicación del tratado todavía se extendería 2 años más, hasta marzo de 1838 una vez ratificado por ambos países.

El primero que celebró el «Grito de Independencia» fue Ignacio López Rayón (antiguo secretario de Hidalgo) el 16 de septiembre de 1812. Pero la ceremonia tal como hoy la conocemos no sucedería hasta 1864, cuando Maximiliano I, desde Dolores, incluyó el discurso y el toque de campana. Porfirio Díaz terminaría trasladando la campana a Palacio Nacional y según se dice que, aprovechando la coincidencia de que cumplía años el 15 de Septiembre, decidió adelantar la Ceremonia de Independencia para ese día a las 11 de la noche, en lugar de celebrarla el 16.

Cuenta la leyenda que para 1910, durante la celebración del primer centenario y ya con la piel política muy inestable en el país, durante la ya tradicional celebración del grito, Porfirio Díaz exclamó los clásicos «vivas» y cuando jaló el cordón para hacer sonar la campana, ésta simplemente se resistió a emitir sonido alguno. Visiblemente molesto, Porfirio pidió que le explicaran qué sucedía. La travesura llevaba mensaje, algún incipiente revolucionario había forrado de trapo el badajo de la campana y debido a esto no sonó. Madero atribuyó a un simpatizante de su causa el hecho. Así que a más de cien años de distancia, cualquier representante popular habría de preocuparse cuando en la celebración del grito, en algún palacio municipal, estatal o nacional, la campana simplemente, quede muda.

Escrito por: Alberto Boardman

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