Porque no siempre todo es color de rosa, aquí te damos unos consejos para hacer de tu jornada laboral algo más tranquilo…
Tener un mal día en el trabajo es terrible, sobre todo cuando existen factores independientes que afectan tu desempeño y que incluso, evitan que te concentres y saques la chamba debidamente.

No importa si te peleaste con el jefe, si tronaste con tu pareja o si tienes broncas en casa, cualquier motivo influye en que la jornada laboral sea más lenta, tormentosa y solamente quieras salir corriendo.

A veces es necesario tomarse el día para solucionar alguna emergencia y es importante tener en cuenta que los días malos también son parte de la vida y que bien vale la pena aprender habilidades de afrontamiento y mecanismos de trabajo para lograr una estabilidad emocional sin dejar de ser profesional y productivo.

Para mucha gente los malos días pueden sentirse como una avalancha abrumadora de emociones: estás molesto, triste, confundido, frustrado con tu lugar en el mundo, todo eso justo antes de poder salir a comer o caminar… si estás pasando por un mal momento, sigue estos consejos, tal vez te ayuden a calmar tu mente y concentrarte:

1. Tómate unos minutos para estar solo

Por supuesto, éste varía un poco en función de tu entorno de trabajo, pero si estás teniendo un día horrible en el trabajo, debes ser capaz de reconocer cuando estés a punto de explotar.

Para algunas personas, esto significa dejar físicamente a la oficina para la hora del almuerzo; para otros, esto podría ser simplemente sentarse en el baño durante unos minutos y realizar ejercicios de respiración profunda. Por mucho que deseemos gritar, es necesario que trates de enfriar tus emociones.

2. Establece límites para tu vida personal en el trabajo

En una emergencia real (tus seres queridos están en un estado real de la crisis y se requiere tu presencia en otras partes), sal de la oficina. No permitas que cosas que no sean tan graves se conviertan en lo peor que te haya pasado, aprende a priorizar y trata de calmar tus emociones negativas.

3. Música

Si está permitido el uso de los auriculares en el trabajo, prepara unas listas con tus canciones favoritas y concéntrate en ellas o bien, escucha música instrumental o clásica. Existen estudios que demuestran que la música puede aliviar los sentimientos de ansiedad y estrés, por lo que incluso si no eres capaz de escuchar música durante el trabajo, trae un par de audífonos para escuchar al menos una canción de 10 minutos mientras haces una pausa.

4. Darse cuenta de que todo el mundo comete errores

El pasado es el pasado, y lo único que puedes hacer es darte cuenta de tus errores, buscar una solución y seguir adelante. Dependiendo de la situación, puede que tengas que hablar con tu jefe o los demás miembros de tu equipo sobre cómo proceder, pero recuerda: esto no quiere decir que te des por vencido por vencido y que el resto de tu día se esfume por tu frustración.

5. Pide ayuda cuando la necesites

Si tu cabeza es un lío, no tengas miedo de pedirle a alguien que te escuche. Cuando estás teniendo un mal día tu cerebro no está al 100, así que liberar un poco de ese estrés cuando alguien te escucha, es bastante positivo.