MI OPINION:Bola floja.

23 enero 2016
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MI OPINION. 

Adrián Garza Pérez

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Bola floja.

En béisbol una bola floja es una pichada sin mérito, sin sustancia; sin efecto.

En política, una bola floja puede ser una declaración barata, una jugada sin efecto o una actitud que demerita más que ayuda. Cuando se ocupa un impacto contundente ante un esporidio grave o dramático, ante un acontecimiento que voltea todo de cabeza y del que se deriva una reacción tardía y vacía, se puede decir que ese polaco no trae nada en el guante. Estas bolas de un guante flojo, son tanto, como un desacierto y una estupidez cuánticos.

Así fue la reacción tardía y floja del gobernador Rubén Moreira. Abatido, derruido y quebrado ante el encarcelamiento de su hermano Humberto; lanzó; lerdo y bofo, una triste bola floja.

Largas e insulsas horas de silencio, y luego, lastimera actitud.

Ya pasado un día y horas de la pena del familiar en desgracia y del ex gobernador reo. Cuando fue a pedir favores de amor callejero (a un Monclova abandonado y olvidado ante su verdadera realidad económica, gobernado por el PAN por quien votó, harta de lo mismo y de lo mismos; de desempleo, quiebra de negocios y cero apoyos ni solidaridad política), rogando que lo arropara; ante una pregunta obligada y escamoteada de un periodista por la libre, de “¿qué opina del encarcelamiento de su hermano?: solo acertó a decir: “confío en España y en que el ex Gobernador compruebe lo que le imputan”.

Ni un abrazo le envió al hermano que lo hizo todo lo que es, que es su sangre y su esquema. Ni un augurio amable al Ex Gobernador que le regaló el poder y el camino al dinero; a ese poder y a ese dinero que están en controversia internacional y del que, él, Rubén, es beneficiario directo.

¿Qué es más patético señores, que Humberto fuera Rey y hoy sea reo, o que Rubén fuera bufón y ahora sea pusilánime? ¿Que es peor, que Humberto sea juzgado y encontrado culpable, o que sea liberado y exonerado y sin ayuda familiar, menos del sucesor y conspirador Gerente?

Está historia que recordaremos por tanto tiempo, se escribe con letras con sangre. Los medios pagados, se ensañan con el hermano y distraen la bola del gobernante ingrato. Pregunten a la señora Carolina Viggiano si el “deslinde del cuñado” y la defensa a ultranza del marido “atarantado” (con mérito oportunista, por el valor, y por el vacío llenado), ¿frenó la avalancha ibérica o solo encrespó al respetable?

En un juego estrella que urgía de lanzadores de relevo (con brazo firme y casta de abolengo), fuimos testigos de una bola floja que mandó Rubén. Espectadores fuimos también, de un viento justiciero, que por una débil izquierda de ahora (que ayer le dio el turno en el diamante), le ha estrellado la bola “en toda la cara”.

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