ECONOMÍA EN COAHUILA: ¿COREANAS O NACIONALES?

21 enero 2016
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olveraRubén Olvera Marines

Cuando se publicó el Plan Estatal de Desarrollo de Coahuila 2011-2017 (PED), allá por mayo de 2012, el precio de la mezcla mexicana de petróleo rebasaba los 100 dólares por barril. En 2011, China crecía a tasas cercanas al 10%. El gobierno estatal formuló una estrategia económica, dirigida a impulsar el empleo y el crecimiento, sustentada en los amigables factores endógenos de aquellos momentos.

Con la novedad que, tres años después, a inicios de 2016, la economía china profundiza su tendencia a la baja, registrando un crecimiento de apenas el 6.9% en 2015. Sin embargo, el cambio más espectacular lo protagoniza el precio del crudo; atestiguamos valores de 21 dólares por barril a finales de la segunda semana de enero de este año.

La estrategia económica de la entidad norteña, aunque no logró cumplir con las tasas de crecimiento económico proyectadas al inicio del sexenio, sí consiguió impulsar la economía estatal, con excepción de 2013, con tasas por arriba de la media nacional. El empleo y la atracción de inversión extranjera, también registran cifras interesantes en lo que va del sexenio.

No obstante, al final del día, la estrategia se concentró en la promoción del estado para la atracción de inversiones, con énfasis en los países asiáticos, dirigida sustantivamente a la industria automotriz; así como en la articulación de esfuerzos para la explotación del gas shale en el norte del estado.

Aspectos como el aprovechamiento del potencial turístico y el fomento a las pequeñas empresas, no encontraron un lugar privilegiado en la agenda económica de la presente administración. Recordemos que en este sexenio se suprimió a la secretaría de Turismo del organigrama estatal; y a la subsecretaría de las Pymes se le redujo a una dirección general.

Sin duda, la estrategia de actuar en torno a una economía global en crecimiento, como fue antes de 2013, les imponía a las autoridades estatales ciertos lineamientos, como la promoción económica internacional y la articulación y patrocinio del Clúster Minero-Petrolero; sin embargo, la estrategia mantendría vigencia si y sólo si se mantuvieran las condiciones amigables en la economía.

Hoy, por ejemplo, los bajos precios del petróleo están obligando a que algunos de los nuevos jugadores del mercado de los hidrocarburos no convencionales abandonen la cancha de juego.

Tengamos en cuenta otros detalles. En el PED no se contempló el escenario en donde la economía china desacelerara, demandando, por ello, una cantidad considerablemente menor de materias primas, entre ellas el acero. China es un gigante en la producción de acero, por lo que, tarde o temprano, sus excedentes vendrían a ser abaratados en Latinoamérica. México y la industria acerera del centro de Coahuila, hoy perciben claramente los efectos; las consecuencias, tú las conoces: despidos e inversiones productivas diferidas.

Así como al sector exportador de Coahuila le puede venir bien la depreciación del peso y el fortalecimiento de la economía estadounidense, el mayor riesgo ante la volatilidad lo asumen las pequeñas empresas no ligadas al mercado externo.

Mantener una estrategia atada a las circunstancias económicas que le dieron origen (hoy extintas), podría implicar alguna desventaja; los ajustes, se entienden ciertamente inminentes. La estrategia que antes del 2013 parecía algo natural, en 2016, de no reflejarse en resultados interesantes, pudiera entenderse como un mecanismo artificial.

Lo cierto es que las cuestiones relativas a la promoción económica y a la explotación del gas shale se encuentran condicionadas por el convulsionado horizonte económico actual; ambas deberán abrir un espacio en la agenda estatal a otros objetivos estratégicos, al fomento de las pequeñas empresas y el impulso al turismo, por ejemplo; este último sector podría convertirse en un área de oportunidad si continúa abaratándose el peso.

En un ambiente económico incierto, se vuelve indispensable la intervención del gobierno a favor de los sectores que más favorecen a la economía local. Quisiéramos leer más crónicas donde las autoridades estatales apoyan a las pequeñas empresas, como el taller de “Don Juan” o la quesería de la familia “Morales”. Y, aunque sea por un momento, posponer la visita del acaudalado «Chung-Ho», nombre de algún magnate asiático de la industria automotriz.

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