MI OPINIÓN: La Recta Final

3 enero 2016
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La recta final.
Con el 2016, arranca el año de los candidatos. El quinto año es aquel en el que ya empieza a ser evidente el desgaste del gobernante, en cualquier esfera de poder en este México sexenal. En Coahuila, el desgaste empezó con la administración.
Recién libradas la campaña y la elección, el descredito ya era grande y el camino que debiera ser terso por ser el inicio, fue cuesta arriba (¡cómo no se supo todo antes de la elección, el destino de Coahuila fuera otro; nuestra realidad no doliera tanto!). Este gobierno empezó mal. Este gobernador camina chueco desde que camina, los años fueron pesando, y en este cuarto del 2015, hizo crisis total.
Por el lodo arrastrado desde hace cuatro años en que tronó el tema de la ocultada Megadeuda y de los negocios al amparo del poder (con beneficio directo para ambos hermanos e indirecto para toda la familia Moreira), por los escasos resultados en estos cuatro años en comparación con los sexenios anteriores, por la sucesión anticipada y desleal arrancada desde el gobierno estatal, y por las actitudes del gobernador ante la sociedad (de revancha, de golpes a LA FAMILIA, de enojo y rabia, de mal humor y agresiones, de espionaje y grabaciones), el cuarto año recién concluido, fue casi la salida del gobernador y la recta final del triste gobierno de Rubén Moreira.
2015 fue la debacle de la peor administración gubernamental de la que se tenga memoria.
En 2015 fue tantas veces vaticinada la renuncia del gobernador: por su mal gobierno y sus malos modos; por su evidente mala relación con el gobierno federal y que decir con su pueblo, que le tiene tanto que reprochar; por los excesos y los negocios que trascienden y ofenden. Y al no suceder quizás Rubén piensa que ganó. “Decían que me iba y no me fui, me corrían y no me iba; me renunciaban y no renuncié” ¿Quién que se precie de ser digno puede vivir de la lastima por hacerse el moribundo? ¿Quién que se diga digno de pasar a la historia por su ejercicio de gobierno puede sentirse feliz de no ser corrido al cuarto año, pasar de panzazo su aprobación, siempre acompañada de crónicas de su renuncia anticipada?
Un cuarto año de gobierno en el que ya se podría advertir; que éste de Rubén Moreira será sin duda alguna, para propios y extraños, el peor gobierno de Coahuila. Uno tal que pasará a la historia como el peor de todos los vistos y de los sexenios porvenir. La vergüenza social por el estado de las cosas, la situación de pobreza y el atraso en indicadores de desarrollo social, el cinismo del gobierno envuelto en negocios, mentiras, deuda y diatribas, no tienen parangón.
La recta final de esta administración empezó hace cuatro años y al iniciar este quinto año, seremos testigos de múltiples desbandadas, de traiciones y del pus que supure de las finanzas y la seguridad, simuladas y fraudulentas. El barco hará agua y las alimañas serán las primeras en saltar buscando arroparse entre los caballos de quienes se sientan con patas de jinete. El mando no solo seguirá débil, ira siendo inútil y el mal humor superará lo tolerable, hasta de los arrastrados.
La prensa en el estado como en el país, sacará las uñas y rasgará las máscaras políticas descubriendo los verdaderos rostros de la corrupción, de la complicidad y de los prestanombres que abundan. Los cambios recurrentes en el parchado y sobre alternado gabinete, ya no darán abasto por las rajaderas de cuerpo y alma que se sobrevendrán. El poco dinero que hay no irá a pagar a proveedores, o a liquidar las exiguas obras, ni a servir la abultada deuda que crece día a día. Será todo destinado a opacar cifras, a comprar las cada vez más caras voluntades y conciencias periodísticas y grupales. Para lograr los últimos negocios del sexenio, que se agota con velocidad máxima.
Un quinto año de candidatos, y hay tantos para beneplácito de la estrategia pendenciera y perversa de aquel que goza confundiendo al público. Pero los suyos no pintan, pero los suyos no animan; pero los suyos que son más de los mismos, no serán apoyados, aun con la estructura electoral que en otras intentonas ha dado resultados. El canibalismo no calculado acabará con los sueños del “Tercer Reich Moreira” y aguará la fiesta de la salida limpia.
La recta final del fatídico sexenio de Rubén Moreira, no al sexto año y con laureles al maestro, ni en el último año con honoris causa al abogado (que dicen que no es). ¡La recta final es ahora, y no será amable!

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