MI OPINION.
Año nuevo.
Es este mi último artículo del 2015. Con la venia divina, ánimo renovado y proyectos en puerta, iniciaré el 2016.
Doy gracias a Dios por mis hijos, por la salud física y espiritual de mi familia entera (de mi madre, mis hermanos, mis hijos y de la mía). Por la salud de mis amigos y de tantos conocidos.
Tuve salud y fuerza a lo largo de este agobiado año. El disfrutarla me permitió empujar cosas que considero importantes y valiosas para mejorar nuestro querido y vapuleado estado. Lo hice convencido de lo que hago, lo realice aun con las inercias inconvenientes que devienen de aquellos que apuestan (con dinero del pueblo) al infortunio ajeno.
Hacer conciencia, motivar la reflexión y unir voluntades, también es una tarea digna por un mejor Coahuila.
Nos merecemos los coahuilenses mejores tiempos por venir. Trabajemos unidos para logar que la paz, la armonía, la justicia y la democracia plena, el empleo digno y bien remunerado y una mejor situación financiera para todos y en especial para tantos miles de pobres y desprotegidos que sobreviven en esta tierra noble y laboriosa, sean bendiciones que se desplieguen por nuestra basta y hermosa geografía estatal.
Oremos por un gobierno honesto y cercano al pueblo, acorde a esta sociedad coahuilense tan conservadora y entregada. Pidamos por la justicia en la tierra ante infamias y latrocinios. Esperemos con fe la gloria eterna a los hombres de buena voluntad.
2016 será un buen año, nos lo hemos ganado. Las nubes negras habrán de disiparse. La luz iluminará los rostros de los confundidos y opacará las caras de quienes esconden la mirada porque son desleales frente a quienes deben respeto.
“Feliz año nuevo, a todos!
Adrián Garza Pérez
